La pena fue confirmada por los jueces Juan Manuel Sueyro, Federico Wacker Schroder y Juan Galarreta, en línea con el pedido de la fiscal Ana María Caro y del representante del particular damnificado, y rechazó los planteos de la defensora oficial Carla Auad.
Durante el juicio, los testimonios describieron un contexto de violencia constante: económica, psicológica, sexual y física, sufrido por Rosario Domínguez. Una de sus hermanas relató haberla visto golpeada en varias ocasiones y recordó episodios en los que el imputado la denigraba frente a otras personas.
Según la fiscalía, Ríos Caro le disparó con un arma tipo escopeta calibre .20, provocándole dilaceración cerebral, fracturas en peñasco, esfenoides, techo de órbitas y hueso malar izquierdo, heridas que causaron su muerte. Aunque el arma nunca fue hallada, el taco contenedor y los perdigones extraídos del cráneo coincidían plenamente con la escopeta del establecimiento rural al que el imputado tenía acceso.
Ríos Caro está detenido desde el hallazgo del cuerpo en un predio rural cercano al kilómetro 15 de la ruta 77.