La nueva sede dispondrá de triage independiente, sala de espera y consultorios especialmente preparados, lo que permitirá brindar una atención diferenciada y evitar la mezcla con pacientes adultos.
La compra demandó una inversión de alrededor de $121 millones. De ese monto, $72 millones se pagarán en efectivo, mientras que el resto se cubrirá con la entrega de dos terrenos municipales, recuperados recientemente a través de un juicio.
La medida apunta a optimizar la calidad del servicio y llega en medio de un debate público sobre el funcionamiento actual de la guardia pediátrica.