“Con esta ley damos un paso fundamental para cuidar a nuestras infancias y garantizar que la escuela siga siendo un espacio de aprendizaje y desarrollo integral, donde la tecnología sea una herramienta y no una distracción”, afirmó Santalla.
Los datos respaldan la medida: según el informe PISA 2024, más de la mitad de los estudiantes de 15 años reconoce que los dispositivos móviles interrumpen su concentración en clase. A nivel provincial, el 54% de los alumnos admite distraerse durante la jornada escolar, lo que impacta en su atención, lenguaje y desarrollo emocional. Además, los resultados del Operativo Aprender 2024 muestran que más de la mitad de los estudiantes se ubica por debajo del nivel básico en Matemática.
Regulación en escuelas secundarias
Paralelamente, la comisión de Educación de la Cámara de Diputados bonaerense respaldó un proyecto del legislador Martín Rozas (Unión Renovación y Fe) que limita el uso de celulares en aulas de nivel secundario, tanto estatales como privadas. Según la iniciativa, los alumnos podrán utilizar los dispositivos únicamente en proyectos pedagógicos autorizados, según el Diseño Curricular y la planificación de la asignatura.
El proyecto subraya que “el uso del celular en clase dificulta la atención, la participación y fomenta conductas como el ciberbullying”, además de fragmentar la concentración y afectar la adquisición de conocimientos. Rozas aseguró que la medida busca “promover la concentración de los alumnos y un clima de convivencia adecuado en el aula”.
Experiencias en otras provincias
Buenos Aires se suma a una tendencia que ya rige en otras jurisdicciones. La Ciudad Autónoma lleva un año regulando el uso de celulares con resultados positivos. Neuquén prohíbe su uso en niveles inicial y primario, y permite su uso en secundaria solo con fines pedagógicos. Salta también establece la prohibición general, con excepciones autorizadas por los docentes. Con esta nueva norma, la provincia bonaerense se convierte en la tercera en implementar esta política educativa.