La sentencia, en línea con lo solicitado por el fiscal Rodolfo Moure, fue dictada por el juez Gustavo Fissore, quien dio por acreditado que C.G.D.G. abusó en reiteradas oportunidades de su esposa, M.G.S.M., utilizando la fuerza física, la intimidación y sin el consentimiento de la víctima, mientras convivían en la ciudad de Balcarce junto a los hijos de ambos.
La mujer declaró que al inicio de la relación no existían episodios de violencia, pero a partir de 2018 comenzó a sufrir agresiones físicas y psicológicas que luego derivaron en violencia sexual. Relató que su esposo tenía problemas de consumo de alcohol y cocaína y que, pese a presentar lesiones visibles, evitaba acudir al hospital y ocultaba las marcas con maquillaje. Finalmente, en noviembre de 2021, cuando la violencia también alcanzó a los hijos, decidió separarse y radicar la denuncia.
Durante el debate, el juez destacó que se trató de un caso de violencia sexual “intra-matrimonial”, con la dificultad de no contar con testigos directos. No obstante, valoró la firmeza y coherencia del testimonio de la víctima, el informe interdisciplinario y las declaraciones de testigos que confirmaron el contexto de violencia de género en el que ocurrieron los abusos.
Al momento de establecer la condena, se descartaron eximentes de responsabilidad, aunque se consideraron atenuantes como la falta de antecedentes penales, el concepto social y laboral favorable del acusado y su consumo problemático de alcohol en aquella época.
La pena quedó fijada en seis años de prisión efectiva. Hasta que se instale el dispositivo de monitoreo electrónico, la Comisaría de Balcarce y la Secretaría del Tribunal realizarán controles aleatorios y llamados telefónicos para garantizar el cumplimiento del arresto domiciliario.
