Según el relevamiento, la demanda se vio afectada por el endeudamiento de los hogares, el uso restringido del crédito y el aumento de los costos operativos. En este contexto, las compras se concentraron en productos esenciales y de bajo monto, con una fuerte planificación del gasto. Para sostener la actividad, los comercios apelaron a promociones, cuotas sin interés, descuentos e incluso servicios adicionales como entregas a domicilio y venta online.
Aun con este retroceso, el acumulado de los primeros siete meses de 2025 muestra un crecimiento del 7,6% frente al mismo período de 2024. Sin embargo, la tendencia mensual preocupa: en junio ya se había registrado una baja interanual del 0,5% y una caída del 6,7% respecto de mayo.
CAME señaló que las ventas de julio estuvieron influenciadas puntualmente por el cobro del aguinaldo y el turismo de las vacaciones de invierno, aunque sin modificar la tendencia general. Entre los comercios relevados, el 57,9% aseguró que su situación se mantiene estable en comparación con un año atrás, el 30% dijo que empeoró y un 49,2% prevé una mejora en los próximos doce meses. En contraste, aumentó al 10,1% la proporción que espera un panorama peor.
Desempeño por rubros
De los siete sectores relevados, sólo tres registraron alzas interanuales: Perfumería (+1,8%), Farmacia (+0,9%) y Alimentos y bebidas (+0,4%). En cambio, cuatro cerraron en baja: Bazar, decoración, textiles para el hogar y muebles (-6,7%), Textil e indumentaria (-5,1%), Calzado y marroquinería (-2,5%) y Ferretería, materiales eléctricos y de la construcción (-1,9%).
Para la entidad, la persistente incertidumbre económica y política limita las decisiones de consumo e inversión, y la recuperación dependerá de recomponer el poder adquisitivo y reactivar el crédito al consumo.