Todo ocurrió luego que un niño rompió un vidrio, supuestamente angustiado por la posible pronta separación de su hermano, quien podría ser derivado a un hogar vinculante. Esta situación habría generado la llegada de la Presidenta de la entidad al establecimiento, la cual, según surge de un audio grabado por una empleada, sería quien inmediatamente comenzó a proferir una serie de insultos, gritos y amenazas directas contra el menor. Algunas trabajadoras señalan que en un determinado momento también habría existido agresión física.
Empleadas del hogar indicaron que se trata de un niño “bueno”, que asiste a la escuela, estudia y no presenta comportamientos violentos, más allá de la difícil situación que atraviesa.
Entre las frases registradas en el audio y que hoy forman parte de la causa judicial se escucha la voz de quien sería la Presidenta de la entidad, Alejandra Género, decirle al niño: “¿Quién sos vos para escupir a una mujer? … Si llegás a escupir, te rompo la cara de una cachetada.”
En medio del llanto del nene continúan los insultos: “Vos no me conocés. Te voy a denunciar en la comisaría y te llevo a un reformatorio.”
También se la escucha gritarle: “Desde hoy en adelante no te quiero escuchar. Cállate la boca porque te pego una cachetada.”
En otro tramo, la misma mujer profiere expresiones aún más violentas: “Pendejo… te voy a romper en 20.” … “No toques a un nene más porque te voy a hacer golpear afuera y nadie se va a dar cuenta.” … “Puteame una sola vez, puteame por favor.” … “Vos vas a perder la vida. Te la voy a hacer miserable.”
En otro tramo del audio, quien sería Alejandra Género continúa con amenazas directas hacia el niño, elevando aún más el nivel de violencia verbal. Se le escucha decir: “Si llevo a los chicos al pediatra y me indican que tienen golpes, vos vas preso.”
Acto seguido agrega: “Acá no tenés más lugar. Para la gente como vos, mañana te vas a la comisaría.”. Ante esas palabras, el nene le suplicaba llorando que no. Y ante la pregunta de quién te crees que sos, el menor contestaba: “nadie”.
Quien sería la presidenta insiste: “Mañana vas a un reformatorio. Perdiste. Esto no es un hotel. Ya cumpliste 12 años y de acá te vas.”
Según el audio, la supuesta Alejandra Género también preguntó quién había roto el vidrio y lanzó otra amenaza: “Me lo van a tener que pagar.”. Y continuó: “Más vale que encuentres amigos, otros pelotudos como vos, en el hogar, porque vas a tener que cortar el pasto, limpiar y pintar.”
En ese momento, quien sería la presidenta va aún más lejos: “La vida insoportable se las voy a hacer yo. Son una basura. No los soporto más. No valoran un carajo.”
Luego describe posibles situaciones de violencia: “Ustedes se tienen que ir a un lugar donde se acuesten y los van a hacer mierda, y les van a pegar.”
La secuencia continúa con un nuevo nivel de intimidación: “Van a tener que ir de a dos al baño. Los van a golpear, les van a pegar con una toalla mojada, los van a meter en agua fría. Porque ustedes son unos groseros.”
Incluso agrega, según consta en el audio: “Los van a manosear, les van a romper el or.. ” y “te van a meter la pi.. en la garganta” (frase extremadamente explícita que se mantiene abreviada por su gravedad). También le amenazó con hacerle dormir a la noche en el patio.
Hacia el final, remata con otra expresión intimidante: “Nada es gratis.”. Luego, a uno de los chicos le dice: “Si vos te volvés a hacer las necesidades, te vas.”... “Tener que chupar el dedo con m...”. Quien sería Género fue por más: “Te voy a meter la mano en el inodoro y te la vas a chupar, los dedos (excremento) delante de todos.”
Lo ocurrido en la Sociedad de Protección a la Infancia trasciende cualquier límite aceptable. No se trata solo de un escándalo institucional: estamos ante un hecho que hiere profundamente la confianza pública y que expone a los niños más vulnerables a un nivel de violencia psicológica y verbal intolerable.
La sociedad no puede mirar hacia otro lado y el Estado tampoco. La Justicia no puede dejar de investigar, y si corresponde, sancionar. Porque cuando los responsables de cuidar, proteger y contener son quienes violentan, amenazan y humillan, el daño excede a las víctimas directas: golpea a toda la comunidad.
Ya se dictó una medida cautelar y esperamos que el proceso avance con firmeza y sin demoras.
Es momento de exigir verdad, responsabilidad y consecuencias. No por morbo, no por rating, sino por compromiso con la infancia. Estos hechos no pueden quedar en la sombra, ni diluirse en la burocracia o el silencio.
Si algo debe quedar claro tras este episodio, es que nunca más se puede permitir que un niño tenga miedo dentro de una institución que existe precisamente para protegerlo.
La comunidad reclama que tanto la presidenta como la empleada involucrada respondan por lo sucedido y que haya consecuencias reales ante hechos de esta gravedad.
La Comisión Directiva de la Sociedad de Protección a la Infancia no puede continuar en silencio. Los socios de la entidad debieran pedir inmediatas explicaciones a sus responsables.
Los niños deben estar protegidos de la violencia.
