De los bolsones de alimentos a la asistencia médica urgente
En sus inicios, la organización se dedicaba a armar y entregar bolsones de alimentos a familias en situación de vulnerabilidad. Con el tiempo, Pernía detectó que muchos pacientes oncológicos de la ciudad y la zona enfrentaban interrupciones en sus tratamientos por la falta de medicamentos.
“Empezamos con medicamentos oncológicos porque no había. La idea era cubrir a pacientes que tenían que suspender quimios por falta de drogas, sobre todo cuando la obra social tardaba en autorizar o entregar”, contó Pernía a Infórmese Primero.
Así nació un banco de drogas que permite responder de manera inmediata ante casos urgentes. El trabajo de la ONG se volvió tan reconocido que incluso colaboró con el Banco de Drogas de la Provincia de Buenos Aires cuando este no podía cubrir la demanda.
Un proyecto en expansión
Hoy, “Quiero Ayudar” funciona sin un local físico, pero con un alcance mayor que nunca gracias a donaciones de particulares, laboratorios y profesionales de la salud. Su asistencia ya no se limita a Balcarce: la ONG apoya a hospitales y pacientes de distintas localidades de la región.
Su ayuda abarca diversas enfermedades: entrega insulina a personas con diabetes, medicamentos para epilepsia, tratamientos para enfermedades autoinmunes y elementos descartables, todo distribuido de manera gratuita y con seguimiento para garantizar que llegue a quienes realmente lo necesitan.
“Somos un puente. Rescatamos al paciente hasta que llegue su medicación. Esa semana o ese mes puede significar la diferencia entre seguir adelante o no”, explicó Pernía.
Campañas especiales y el caso de Sofía
Además de la asistencia cotidiana, la ONG organiza campañas puntuales para situaciones urgentes. La más reciente busca ayudar a Sofía Santamaría, una joven de 23 años que necesita un trasplante de córnea para no perder la visión en uno de sus ojos.
Si bien la operación, valuada en 7 millones de pesos, está cubierta por su mutual, la familia debe reunir alrededor de 5.000 dólares para costear el traslado del órgano. “No solemos hacer rifas, pero esta causa lo merece. Balcarce siempre responde y estoy segura de que esta vez no será la excepción”, afirmó Pernía.
Respaldada por la comunidad
La ONG no recibe subsidios ni cuenta con socios estables. Todo se sostiene con aportes voluntarios y la colaboración de personas que confían en la transparencia del trabajo. “Yo trabajo ad honorem porque amo lo que hago. La gente sabe que cada peso y cada medicamento llegan a quien lo necesita. Esa confianza es nuestro mayor capital”, concluyó.