Macri explicó que había apostado a una competencia interna ordenada que permitiera fortalecer al espacio y generar una transición clara. Sin embargo, a la distancia reconoce que la dinámica tomó un rumbo distinto: “La gente vio más una puja personal que un debate sobre proyectos”, reflexionó.
Lo individual por sobre lo colectivo
Según el expresidente, tanto Bullrich como Rodríguez Larreta adoptaron estrategias propias que terminaron por desbordar la idea inicial de una sucesión consensuada. Consideró que los proyectos individuales prevalecieron y que eso afectó la identidad que se buscaba preservar dentro del partido. Esa percepción —añadió— también se trasladó al electorado, que observó una disputa más competitiva que programática.
Macri señaló que estos procesos políticos suelen ser complejos y que las transiciones casi nunca se desarrollan sin tensiones, porque intervienen factores humanos como la ambición y las diferencias estratégicas. “Ese conjunto de elementos terminó condicionando la disputa”, sostuvo.
Respecto al presente del partido, afirmó que el PRO continúa trabajando para ordenar su vida interna. Dijo que el desafío es reconstruir un proyecto compartido que vuelva a reunir a sus principales referentes. Evitó responsabilizar a figuras específicas, aunque admitió que la situación lo superó: “Hoy intento entender cómo mejorar esas transiciones para evitar fracturas futuras”.
Fuente: Diario Popular