La mujer debió ser hospitalizada debido a un traumatismo de cráneo y múltiples lesiones. El hecho sucedió en la Escuela de Educación Primaria (EEP) N°63, ubicada en el barrio Autódromo. Fuentes del establecimiento confirmaron que la víctima fue Cecilia Bonillo, directora del colegio, quien recibió atención médica tras ser agredida por la menor.
Este episodio causó conmoción entre docentes, familias y autoridades educativas, especialmente porque no fue un hecho aislado. “Esta alumna ya había protagonizado otros episodios de violencia en el colegio. En una ocasión anterior, la directora sufrió una fisura de cadera al intentar detenerla”, señalaron desde la institución.
Un patrón de violencia recurrente
“No es la primera vez que la directora es golpeada por la estudiante. Hace pocos meses sufrió una fisura de cadera al interponerse nuevamente para evitar que otros alumnos presentes en el aula resultaran alcanzados por los ataques, mientras intentaba calmar la situación”, explicaron desde la escuela.
Sin embargo, la directora no fue la única víctima de agresiones. Cuatro docentes también recibieron golpes de puño y patadas en diversas ocasiones por parte de la misma estudiante. La situación ha generado una gran preocupación entre el personal educativo, que destaca la urgencia de que la menor reciba el acompañamiento adecuado.
Según el testimonio de los docentes, la niña enfrenta episodios de ira recurrentes. “Ya había lesionado a otros docentes en otras oportunidades”, indicaron fuentes del colegio, y advirtieron que el cuerpo docente “vive con temor” ante la posibilidad de nuevos ataques.
Respuestas institucionales y reclamos
A través de un comunicado difundido en redes sociales, la dirección de la escuela expresó que trabaja “activamente con el equipo de inspectores, la jefatura distrital y las estructuras territoriales de la modalidad de psicología” para abordar la situación.
“Las acciones desarrolladas tienen como objetivo el fortalecimiento de la escuela como un territorio de paz, enseñanza y cuidado, aspectos fundamentales e irrenunciables en nuestras escuelas”, sostiene el documento.
Pese a los esfuerzos, los docentes insisten en que el acompañamiento institucional y familiar resulta insuficiente. “Las instancias de trabajo se han agotado, no hay adherencia al tratamiento, y la comunidad educativa reclama medidas de contención y protección tanto para la niña como para el resto de los estudiantes y el personal docente”, concluyeron.