El dueño de casa dejó tres cartas antes de quitarse la vida en el interior de su casa de calles 22 y 23 y ese dato habría despejado las dudas que tenían los investigadores respecto del hallazgo de los cuerpos de un matrimonio mayor.
El personal policial que ingresó a la vivienda luego de que familiares que no residen en la ciudad habían dado aviso que hacía muchas horas que no sabían nada de ellos encontró las misivas que estaban dirigidas al fiscal Rodolfo Moure y a sus dos hijas.
Según una fuente, Jorge Mateo (72) le escribió al fiscal para contarle que habrían decidido ponerles punto final a sus vidas. Esto teniendo en cuenta dolencias y enfermedades que los habían aquejado en los últimos años y que habrían dañado severamente su salud.
Como consecuencia de ello y pensando en no ser una carga para sus dos hijas que por razones laborales no viven en la ciudad habrían tomado la decisión drástica de interrumpir sus vidas.
La Fiscalía local cambió la carátula de la causa y pasó de ser “Averiguación de causales de muerte” a “Homicidio seguido de suicidio”. Es que según las pericias que se hicieron en el interior del departamento, Mateo habría tomado un arma de fuego de grueso calibre y le habría disparado a su mujer, Mirta Panaggio (73). El certero disparo en el abdomen habría provocado su muerte en forma casi instantánea.
Más tarde, el dueño de casa se dirigió hacia el baño ubicado en la planta baja y se acostó en la bañera envuelto en una sábana. Allí decidió autodispararse en la cabeza y de esa manera terminar con el plan que estaba celosamente planificado.
Según la fuente, el departamento se encontraba prolijamente acomodado. Seguramente, Mateo no quiso ensuciar la bañadera y por eso se envolvió en la sábana antes de jalar el gatillo de su revólver.
Según se pudo establecer, la señora padecía una enfermedad mental que habría producido un acelerado deterioro y requeriría cada vez de mayores cuidados.
