Como parte de un viaje de estudios, alumnos del Colegio porteño estuvieron este miércoles en el Museo. “Nos encontramos con una excelente propuesta”, dijo una de las profesoras. Cada año el Instituto viaja a Tandil y en la ocasión visitaron la ciudad. FOTOS.
El Colegio Leonardo Da Vinci – Vaneduc se ubica en la Localidad de Boulogne, Partido de San Isidro, a 26 km al noroeste de la Ciudad de Buenos Aires. Es una institución privada que forma parte de un grupo educativo vigente en nuestro país desde 1942. De ese ámbito salen chicos con aspiraciones empresariales y formativas en cuestiones de negocios. Como parte de la propuesta pedagógica, trabaja con una postura centrada en el protagonismo de los alumnos y en la búsqueda permanente de la reflexión sobre la práctica. Además brinda a los alumnos la posibilidad de acceder rápidamente a un título Superior y continuando sus estudios en la Universidad Abierta Interamericana. Cada año, cumplen con una rutina.
En ella, los chicos de 5° y 6° realizan un viaje de estudios a Tandil, donde recorren La villa del Lago que rodea el Embalse natural, el Parque Independencia con el Castillo Morisco, La Movediza, El Cerro Centinela y El Calvario, entre otros lugares. Este año, las docentes agregaron una importante opción: correrse hasta Balcarce y visitar el Museo del automovilismo “Juan Manuel Fangio”. El grupo de chicos arribó al Complejo poco después de las 15 desde miércoles. Los chicos, más interesados que las chicas, no pararon de sacar fotos y sefies, al tiempo que el guía Mauricio les comentaba sobre lo que estaban mirando. Un hora después, el casi centenar de alumnos se juntó en hall para la foto de despedida.
Marcela y Estela, docentes del Colegio cuentan su experiencia con voz clara y un entusiasmo y asombro aparente: “la verdad nos encontramos con una excelente propuesta”, primereó Marcela: “Las referencias que teníamos del Museo eran muy buenas, la directora del Colegio lo recomendó y pudimos comprobar que es bellísimo y que a la vez enriquece el conocimiento en los chicos” sostuvo y a la vez elogiando la riqueza educativa: “Es muy abarcativo en cuanto a la línea de presentación porque tiene que ver con proyectos que son específicos de la Escuela y que los chicos vienen trabajando”, amplió. El asombro y la conclusión de Estela, no fue menor. La docente vivió la experiencia como los chicos.
Además resaltó el hecho de conocer otras historias paralelas al quíntuple: “Nos pareció muy interesante la variedad y cantidad de vehículos relacionados con Fangio y conocer la vida de otros pilotos contemporáneos o no a él. La historia del automovilismo en sí es lo más enriquecedor aquí”, detalló. Para la profesora, fue como ingresar en un túnel donde la historia y los fierros se dan la mano: “Nos impactó la evolución de la historia a través de los autos, es como un túnel del tiempo en donde uno pasa por las distintas etapas de la vida de Fangio y del automovilismo todo”, y como quien que se queda con ganas de más, reconoció: “creo que es para recorrerlo con más tiempo”. Prometieron volver. Se los espera.