La actividad permitió fortalecer los vínculos familiares y comunitarios, promoviendo el diálogo, el trabajo en conjunto y el sentido de pertenencia. En un clima cálido y de contención emocional, los participantes compartieron además una merienda, favoreciendo momentos de intercambio y acompañamiento.
Como resultado de este trabajo colectivo se concretó el armado de un árbol de Navidad, en el que quedaron plasmados los nombres de cada residente, resaltando la identidad, el reconocimiento individual y el valor de cada integrante del hogar. Posteriormente, los residentes expresaron su deseo de retratarse junto al árbol, dejando registro de la experiencia y resignificando el esfuerzo realizado, lo que contribuyó a fortalecer la autoestima y la valoración personal.
La iniciativa trascendió lo meramente decorativo, constituyéndose en una valiosa herramienta terapéutica que fomentó la participación activa, la expresión emocional, la integración familiar y el disfrute de un momento compartido, reforzando el sentido de comunidad y el bienestar emocional de todos los presentes.
Galería de fotos:


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