(Por Infórmese Primero) - En las últimas semanas y meses, Balcarce viene atravesando una situación que preocupa tanto a vecinos como a las autoridades: el creciente descontrol vinculado al uso de motocicletas en la vía pública. Una problemática que no es nueva, pero que en este último tiempo se ha intensificado a partir de una serie de accidentes, maniobras imprudentes y hechos delictivos que tienen como protagonistas, en su gran mayoría, a las motos
A diario se observan motos circulando sin luces, incluso en horarios nocturnos, lo que representa un riesgo directo para quienes las conducen y para terceros. A esto se suman los casos de vehículos sin documentación, ya sea falta de licencia, seguro o tarjeta verde, lo que dificulta cualquier control y evidencia la falta de responsabilidad de muchos usuarios.
Otro punto crítico es el incremento de maniobras temerarias en pleno centro de la ciudad. Las picadas, los “wheelies” y la circulación a alta velocidad en calles muy transitadas se han vuelto una postal peligrosa y constante, poniendo en riesgo a peatones, automovilistas y al propio motociclista. La sensación que se instala entre los vecinos es que estas situaciones comienzan a volverse incontrolables.
En el plano delictivo, en las últimas semanas la policía ha secuestrado motos robadas en Mar del Plata que circulaban en Balcarce, lo que abre otra preocupación: la ciudad se convierte en punto de circulación de vehículos con origen ilícito. Esto no solo dificulta el trabajo policial, sino que también expone la falta de controles en el ingreso y tránsito de este tipo de rodados.
A esta problemática se suman las infracciones diarias: motos que no respetan los semáforos, que zigzaguean entre autos, que van con escape libre o realizan maniobras prohibidas. Cada una de estas conductas contribuye al clima de inseguridad vial que hoy se vive en la ciudad.
Es evidente que la situación amerita acciones más firmes y sostenidas. Tanto los controles como las campañas de concientización deben profundizarse, pero también se necesita un compromiso real por parte de los motociclistas. Porque ninguna medida será suficiente si quienes circulan no asumen la responsabilidad de manejar con prudencia, cumplir con la ley y respetar la vida propia y ajena.
La problemática de las motos no es solo un tema policial o administrativo: es un tema de convivencia y de seguridad pública. Y cuanto más se demore en corregirse, más grave y costosa será para todos.
