(Por Infórmese Primero) - En los últimos días, Balcarce volvió a ocupar los titulares por diversos hechos de inseguridad que generaron preocupación entre los vecinos. Frente a esta situación, las autoridades de la Departamental y el Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires evalúan posibles modificaciones en la conducción de la Policía Comunal, actualmente a cargo del comisario Ariel Senopolis. Sin embargo, la pregunta que surge es inevitable: ¿la inseguridad se soluciona cambiando nombres o cambiando estructuras?
Los relevos en la cúpula policial suelen presentarse como señales de acción, una manera visible de mostrar respuesta ante la demanda social. Pero la experiencia demuestra que los problemas de fondo no se resuelven con el simple recambio de funcionarios. La inseguridad es un fenómeno complejo, que requiere políticas integrales y sostenidas en el tiempo.
Balcarce, como tantas otras ciudades del interior, necesita más que gestos. Precisa inversión en tecnología, mejor capacitación para el personal, un sistema de cámaras moderno y funcional, y, sobre todo, una coordinación real entre las fuerzas policiales, la Justicia y las áreas de prevención municipal. Sin esos pilares, cualquier cambio de nombres será apenas un movimiento superficial en una estructura que sigue mostrando las mismas fallas.
La seguridad no se construye solo con uniformes ni con discursos. Se construye con planificación, con recursos, con decisión política y con la participación activa de la comunidad. Los vecinos no piden culpables nuevos, piden resultados distintos. Y eso solo se logrará cuando los cambios sean estructurales y no meramente simbólicos.
