Espert atribuyó la controversia a una “campaña sucia” iniciada por el dirigente kirchnerista Juan Grabois y aseguró que su único vínculo con Machado fue de carácter profesional, como consultor económico, una vez finalizada la campaña presidencial de 2019. “Nosotros somos distintos, no somos como ellos”, afirmó.
El origen de la relación y el contrato de consultoría
El economista relató que conoció a Machado a través de un tercero, quien lo presentó como “un empresario exitoso y admirador” de su proyecto liberal. Recordó que en 2019 Machado lo trasladó en su avión privado para presentar un libro en Viena y que fue uno de los “tantos que ayudaron” en aquella campaña presidencial.
Sin embargo, diferenció ese apoyo de la transferencia de los 200.000 dólares. Según su versión, Machado lo contactó con una empresa minera guatemalteca, Minas del Pueblo, que necesitaba asistencia para reestructurar una deuda.
“En enero de 2020, nuevamente ejerciendo mi profesión como consultor económico y habiendo firmado un contrato con esa empresa, comencé a recabar información. A principios de febrero, reitero, con la elección terminada y dedicado exclusivamente a mi actividad privada, recibí un adelanto en virtud de ese contrato”, explicó.
“Nada que esconder”
El candidato libertario remarcó que la operación fue totalmente legal y transparente:
- Cuenta declarada: el dinero ingresó a una cuenta bancaria a su nombre en Estados Unidos, declarada en Argentina.
- Transferencia trazable: exigió que el pago se realizara mediante transferencia desde otro banco estadounidense. “Cuando uno recibe un pago en Estados Unidos, lo hace dentro de uno de los sistemas más controlados del mundo”, señaló.
- No fue un pago de Machado: subrayó que el dinero provenía de la minera que había contratado sus servicios profesionales.
Espert aclaró que el trabajo no prosperó debido a la pandemia de COVID-19, que impidió su viaje a Guatemala para continuar con la consultoría.
“Entré en pánico”
El legislador confesó que recién en abril de 2021 se enteró “por los medios” del pedido de captura internacional contra Machado. “Entré en pánico. Nunca imaginé que podía pasarme algo así en mi vida”, admitió.
“No tenía la menor idea de estas supuestas actividades ilícitas del señor Machado, que se conocieron mucho después de concluir mi relación contractual”, insistió. Y resumió su postura en una frase: “Puedo haber pecado de ingenuo, pero delincuente jamás”.
Finalmente, apuntó contra Juan Grabois, a quien acusó de reeditar “una campaña sucia” de hace cuatro años y de involucrar a su familia para justificar un supuesto crecimiento patrimonial, que —según Espert— responde a la herencia de un campo de su padre fallecido en 2018.