A un año de la tragedia, las causas del derrumbe siguen sin esclarecerse, y la investigación continúa siendo un tema central en la comunidad geselina y en los tribunales.
El edificio, ubicado en la Avenida 1, a pocos metros del mar, contaba con 10 pisos y había sido construido en 1986 por una familia croata. Su arquitectura, con forma de barco, lo convirtió en un símbolo local. Con 43 habitaciones, fue durante casi cuatro décadas un punto de encuentro habitual para turistas y residentes. En sus últimas etapas, el hotel estaba siendo sometido a reformas, que, según las autoridades, podrían haber sido la causa principal del colapso.
Víctimas y rescates
El derrumbe dejó nueve víctimas fatales, entre ellas María Rosa Stefanic, expropietaria del hotel, quien había decidido pasar allí sus últimos días, junto a su sobrino Nahuel Stefanic y su pareja, Dana Desimone. También fallecieron varios trabajadores de la construcción: Javier Fabián Gutiérrez, Mariano Troiano, Matías Chaspman y Ezequiel Matu, que realizaban tareas de plomería y albañilería.
El rescate se extendió por varios días. Federico Ciocchini y su esposa, Josefa Bonazza, residentes de un edificio vecino y oriundos de Balcarce, fueron las primeras personas localizadas. Aunque Bonazza fue rescatada con vida, falleció semanas después debido a las complicaciones derivadas de las lesiones sufridas.
Obras ilegales y negligencia
Las investigaciones iniciales apuntan a las reformas no autorizadas como detonante del colapso. Un informe del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) confirmó que el hormigón original del edificio no presentaba fallas estructurales, lo que indica que las intervenciones recientes pudieron debilitar la estructura. La abogada Graciela Bravo, representante de los damnificados, señaló que “el colapso no se debió a defectos en la construcción original, sino a intervenciones posteriores que comprometieron la integridad del edificio”.
Aunque el municipio había detenido las obras en agosto de 2024 por irregularidades, los trabajos continuaron sin autorización, lo que constituye una de las principales líneas de investigación. La fiscal Verónica Zamboni caratuló la causa como “Estrago culposo” e imputó a más de una decena de personas, incluidos responsables de la obra y nuevos propietarios del hotel.
Familiares exigen justicia
Un año después, las respuestas judiciales siguen siendo escasas. Silvana, madre de Nahuel Stefanic, reclama justicia y denuncia la impunidad: “Hay culpables, pero nadie detenido. El dolor de una madre no se calla”, escribió en un cartel pegado sobre los restos del edificio.
En paralelo a la causa penal, se llevan a cabo acciones civiles para determinar responsabilidades de los profesionales involucrados en las reformas. La abogada Bravo enfatizó que los responsables deben rendir cuentas y que el objetivo es “esclarecer los hechos y que los responsables den las debidas explicaciones ante la Justicia”.
Repercusiones y futuro incierto
El colapso del Dubrovnik impactó no solo en la comunidad local, sino también en la agenda legislativa. La tragedia impulsó propuestas para revisar la normativa sobre construcciones en zonas costeras, especialmente edificios con más de 30 años. La falta de controles efectivos y el deterioro estructural de varios edificios fueron señalados como factores críticos para prevenir futuros desastres.
El municipio anunció una revisión de todas las estructuras costeras, con especial atención a las más antiguas. Sin embargo, persiste la preocupación por la efectividad de estas medidas y la falta de acciones concretas para evitar tragedias similares.
Hoy, un año después, el terreno del Apart Hotel Dubrovnik sigue clausurado y las investigaciones judiciales continúan. La ausencia de avances significativos mantiene abierta la búsqueda de respuestas, recordando la importancia de la seguridad en la construcción y la necesidad de que las autoridades y la Justicia actúen con mayor celeridad.
(Fuente: Diario La Capital)
