La comparación con el segundo semestre de 2024 refleja una baja significativa: la pobreza descendió 4,5 puntos porcentuales en hogares y 6,5 puntos en personas. La indigencia también registró una leve mejora, con una caída de 0,8 puntos en hogares y de 1,3 puntos en personas. Analistas destacaron que estos cambios responden a una combinación de medidas sociales del gobierno, mayor actividad económica y recuperación parcial del empleo, aunque advirtieron que todavía casi 4 de cada 10 argentinos viven en condiciones de pobreza, con especial vulnerabilidad en sectores urbanos y familias con niños.
No obstante, el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la UCA cuestionó el informe del Indec, advirtiendo que la magnitud de la caída podría estar “sobrerrepresentada”. La institución académica destacó que la cifra oficial pasó del 52,9% al 31,6% en un año, un descenso que según su análisis podría estar inflado por factores técnicos:
- Mejor captación de ingresos: La encuesta del Indec (EPH) optimizó su capacidad para registrar los ingresos de los hogares, lo que rompe la comparabilidad con series históricas y hace que los ingresos actuales parezcan mayores.
- Canastas de consumo desactualizadas: La línea de pobreza se calcula aún con canastas básicas basadas en patrones de 2004-2005, lo que no refleja el impacto real de la fuerte suba de tarifas y precios regulados de 2024.
Ante este escenario, la UCA pidió al Indec “acelerar la actualización de las canastas de referencia” y “transparentar” los efectos de los cambios metodológicos sobre las series históricas. El objetivo, concluye la institución, es contar con indicadores más consistentes que reflejen los logros, pero que también evidencien “la persistencia de problemas estructurales de inclusión económica, laboral y social en la Argentina”.