Aunque el traslado a precios no se presenta por ahora como algo masivo ni alarmante, algunas industrias ya comenzaron a aplicar ajustes. En particular, los sectores de alimentos, bebidas y productos de higiene y limpieza han sido los primeros en mover sus listas.
Fernando Savore, presidente de la Federación de Almaceneros bonaerenses, confirmó al medio Diario Popular que ya se están registrando subas en rubros puntuales. “En lácteos hubo un aumento del 3%, que ya nos habían anticipado. Afecta a yogures y quesos, pero no a la leche fluida”, detalló. Además, informó que los cigarrillos aumentaron un 7%, y que también hubo leves subas en productos de higiene personal y limpieza.
Sin embargo, Savore aclaró que por ahora no hay cambios en alimentos envasados como fideos, galletitas, azúcar o arroz. “Esa parte del consumo aún no se ha tocado”, explicó.
Desde los supermercados, fuentes empresariales indicaron que las principales marcas están comunicando aumentos generales de entre el 4% y el 5%. A su vez, remarcaron que muchas de las actualizaciones forman parte de calendarios de aumentos ya pautados con anterioridad, y que la suba real se observaría a partir de la segunda mitad de julio.
“La nueva lista de una empresa líder de alimentos muestra aumentos en pastas, harinas y productos congelados que van del 5% al 9%. Por ahora, yerbas, arroz y café siguen sin cambios”, señaló el titular de una distribuidora.
La última ola de subas significativas en productos de consumo masivo se produjo entre marzo y abril, antes del levantamiento del cepo, cuando el IPC del Indec marcó una inflación del 3,7% en marzo.
En lo que respecta al tipo de cambio, julio cerró con un incremento del 14% en el valor del dólar. Esto motivó al Banco Central a elevar los encajes bancarios con el objetivo de reducir la presión sobre la divisa.
El próximo miércoles 13 de agosto se conocerá el Índice de Precios al Consumidor (IPC) correspondiente a julio. El Gobierno espera que el dato se mantenga por debajo del 2%, siguiendo la tendencia de junio (1,6%) y mayo (1,5%).
Por ahora, los analistas del sector coinciden en que el impacto del salto cambiario en los precios minoristas será acotado. El nivel deprimido del consumo aparece como un freno natural a cualquier intento de remarcación masiva.