El problema surgió tras un cambio en el sistema de distribución: los pañales, que antes se retiraban en farmacias con orden médica, ahora deben ser enviados a domicilio por correo privado, aunque en muchos casos no llegan o lo hacen con demoras.
Erreguerena advirtió que el impacto es económico y sanitario: “Son productos costosos y fundamentales para la higiene y la salud de adultos mayores”. También cuestionó la baja calidad del nuevo insumo y exigió que el PAMI informe cuántos afiliados recibieron los productos, en qué condiciones y qué medidas se tomarán para garantizar la prestación.
“La gente ya está demasiado golpeada como para tener que lidiar también con esto. No es un reclamo político, es de sentido común”, concluyó.