Guillermo Weingast recordó los orígenes de la Fiesta Nacional del Postre: “Fue a pulmón y con mucho esfuerzo”

En dialogó con Infórmese Primero, Guillermo Weingast, ex director de Turismo durante la gestión de Carlos Erreguerena (2003-2007) y creador de la Fiesta Nacional del Postre, compartió los orígenes de uno de los eventos más emblemáticos de la ciudad.

“En su momento no lo veían como algo importante. Era muy difícil conseguir sponsors en Balcarce, no había recursos”, recordó Weingast. Sin embargo, el apoyo de instituciones y empresas de otras ciudades como Mar del Plata, la Escuela de Hotelería y Gastronomía, y varios emprendimientos de Tandil fueron clave para sacar adelante la primera edición.

La fiesta comenzó modestamente en la Casa de la Cultura y el Bicentenario, para luego trasladarse a la sede del Club Social y Campo de Pato, en calles 19 y 20. “Hacíamos encuestas para saber si la gente quería que se volviera a hacer. Cada edición fue un éxito, salvo aquellas en las que el clima no acompañaba, ya que en parte se realizaban al aire libre”, contó.

Hoy, con más de 20 ediciones, la Fiesta del Postre se ha convertido en un verdadero símbolo local y un atractivo turístico nacional. “Ya no hay lugar más grande que La Rural. Si nos queda chica, no sabemos dónde más hacerla”, dijo Weingast, destacando la magnitud que ha tomado el evento. “Creo que dijeron que el 40% de los asistentes son turistas. Es un número altísimo.”

La estrategia original fue clara: potenciar las marcas que hacen a la identidad de Balcarce —Fangio, el postre y la papa— como motor turístico. A pesar de los inicios humildes, la colaboración comunitaria fue esencial. “Vinieron cocineros como Miriam Becker, artistas de Tandil, estudiantes que ayudaron… todo fue a pulmón”, rememoró.

Con el paso del tiempo, la fiesta no solo ganó popularidad sino también respaldo institucional: “Para que fuera Fiesta Nacional tenía que cumplir 10 años. Ya van 21. Ahora tiene recursos de Provincia y está en el presupuesto municipal. Los stands se venden solos, es algo muy importante”.

A pesar de algunos cambios que lamenta, como la desaparición del concurso de postres o la carrera de mozos, Weingast celebra que la esencia se mantenga: “Lo más importante es que la gente venga a disfrutar, a sonreír. Que no sea solo comprar cosas, sino vivir una verdadera fiesta”.

A pesar de lamentar algunos cambios, como la desaparición del concurso de postres y la carrera de mozos, Weingast celebra que se mantenga la esencia del evento: “Lo más importante es que la gente venga a disfrutar, a sonreír. Que no sea solo comprar cosas, sino vivir una verdadera fiesta”. También destacó que “el postre gigante y la música están geniales”.

Hoy, Balcarce es una ciudad turística, y parte de ese impulso se debe al espíritu perseverante de quienes apostaron por la Fiesta del Postre cuando parecía una utopía. Lo que comenzó como un sueño sin recursos, hoy es una celebración nacional que endulza la identidad de toda una comunidad.

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