Esta festividad, que ha ganado impulso en los colegios secundarios de la provincia de Buenos Aires, se caracteriza por reuniones donde los adolescentes celebran el fin de curso con actividades que incluyen el consumo de alcohol, cotillón y pirotecnia; esta situación preocupa a las autoridades no por el aspecto festivo de la celebración, sino por las consecuencias que pueden derivar de las largas y desenfrenadas previas. En muchos casos, los directivos de las instituciones educativas, se ven obligados a tomar medidas correctivas, como contactar a los padres de los alumnos que no están en condiciones de asistir a la escuela al día siguiente, aplicar sanciones e incluso suspender clases.
Uno de los puntos críticos identificados en estas celebraciones es el alarmante aumento en el consumo de alcohol entre los adolescentes, según un estudio difundido por el Ministerio de Salud provincial en octubre, que revela un incremento del 100 por ciento en la última década.
En respuesta a esta problemática, la Policía Comunal y la SubDDI comunicaron que conjuntamente implementarán controles exhaustivos en los comercios de expendio de bebidas alcohólicas. Estos controles, que ya se llevan a cabo de manera regular, se intensificarán aún más en los días previos y durante la celebración del “Último Último Día”, con el objetivo de prevenir el acceso ilegal a estas sustancias por parte de menores de edad.
Se insta a los comerciantes a cooperar plenamente con las autoridades, verificando la edad de los compradores y cumpliendo con todas las normativas vigentes en cuanto a la venta de alcohol. Aquellos establecimientos que no cumplan con estas normas estarán sujetos a sanciones legales.
La Jefatura de Policía Comunal y la SubDDI reafirman su compromiso con la seguridad de la comunidad y la protección de los jóvenes, trabajando de manera conjunta para garantizar un ambiente seguro y saludable durante las celebraciones de los estudiantes.