Miramar con la necesidad de readaptarse para ser una ciudad más accesible

Si bien Miramar cuenta con numerosas ventajas que la hacen muy particular y atractiva, la realidad es que aún debe mejorar bastante en cuestiones de accesibilidad para transformarse en más amigable para aquellas personas que padecen algún tipo de discapacidad o movilidad reducida.

El permitir la independencia para poder comunicarse en una ciudad de distancias relativamente medias a pequeñas, debe ser una cuestión primordial en cuanto a la adaptación y el desarrollo urbanístico y/o turístico en estos tiempos que corren.

Aun la cantidad de rampas es escasa de acuerdo al crecimiento que viene teniendo la comunidad, y varias de ellas se encuentran en mal estado debido a la falta de mantenimiento.

En ese sentido, la concejala Viviana Farías del bloque Juntos por el Cambio / Crear presentó durante la última sesión del Concejo Deliberante un proyecto de resolución, exhortando a la Secretaría de Obras Públicas para que en un plazo de 60 días elabore un programa de reparación y construcción de rampas en diversas esquinas de las principales arterias y diagonales de la ciudad.

“No hemos leído ningún tipo de anuncio, ni proyecto, ni acciones concretas al respecto”, expresó la legisladora.

“Las barreras físicas urbanas y arquitectónicas que se presentan son un conflicto y elementos de segregación, que demandan respuestas específicas y urgentes”, agregó.

Las condiciones de las veredas, muchas de ellas añejas y estropeadas por las raíces de árboles durante los últimos años es un tema a tener en cuenta con celeridad, sobre todo si se trata de espacios públicos como la plaza cívica “Malvinas Argentinas”, en la cual se observa desde hace bastantes baldosas levantadas que significan un problema a la hora de movilizarse, no solamente para quienes padecen discapacidad, sino para aquellas personas mayores que deben usar o no, bastón debido a sus condiciones físicas por poner algún ejemplo.

Es escasa la cantidad de comercios y balnearios que tienen en regla las cuestiones de accesibilidad y por eso desde el área de Turismo juntamente con Provincia se está realizando un mapeo con el propósito de elaborar un diagnóstico de situación y avanzar en ese sentido.

Los edificios también fueron quedándose en el tiempo, sin rampas en los accesos, pero lo más llamativo es que obras relativamente nuevas, algunas de ellas sobre la Costanera, tampoco tuvieron en cuenta la colocación de las pendientes reglamentarias y medida de ascensores.

“En mi caso con una silla motorizada puedo ir sorteando diferentes obstáculos, conozco el tránsito pero evito subirme a una vereda porque lo más probable que no haya rampas o se divise en una esquina y en la otra no. Lo que tenés que hacer es buscar garajes que no tengan escalón muy alto para poder subir”, contó a LA CAPITAL, Alejandro Barthe quien a pesar de ser un experimentado guardavidas, en 2013 sufrió un accidente mientras surfeaba el cual le produjo una fractura en las cervicales y por consiguiente una lesión medular que lo dejó cuadriplégico.

“Es un circulo vicioso, no hay accesibilidad, la gente con dificultades no sale y entonces pareciera que no hace falta adaptar nada. Contrariamente, cada veo más sillas de ruedas y hay limitaciones en todo sentido”, agregó con resignación.

Eso se contrasta con los senderos de cemento realizados por el parque de los Patricios, el parque Centenario y hasta el camino de la Costanera – entoscado -, cuyos resultados fueron beneficiosos en materia de tránsito y seguridad para la población.

Condicionamientos

Nicolás Gallegos es un surfista adaptado de la ciudad, quien, ante la consulta de este diario, hizo un diagnóstico de la situación. “Creo que lo fundamental es tener acceso a la salud, la educación y esparcimiento. El hospital mejoró bastante teniendo en cuenta que antes no se podía ingresar con sillas de ruedas y las escuelas veo que también en ciertos casos”, dijo.

“Después hay muchos locales que no son accesibles, no tienen baños para personas con discapacidad, las calles mejoraron, pero las veredas no. En la playa que es nuestro principal atractivo, muchos balnearios cerraron las entradas públicas y no su puede bajar en ningún vehículo. Sería ideal que los caminos que conducen a la arena los hagan más anchos”, remarcó.

Asimismo, el deportista hizo hincapié en que “la ciudad está muy estancada en accesibilidad, se fue mejorando, pero falta mucho. No solamente para quienes están con movilidad reducida sino para la gente común, que, en su trabajo, por ejemplo, debe trasladar mercadería y peso, a ese también deben garantizarle mayor comodidad”.

Gallegos quien por su actividad recorrió otros países, hoy se encuentra entrenando en Punta Hermosa, Perú, una ciudad pequeña que en pocos años modificó su fisonomía para transformase en más amigable. “Vine en varias oportunidades y con el tiempo fue cambiando, es más hasta pude hablar con el alcalde del tema. Avanzaron bastante en lo que son bicisendas y sobre la avenida principal se puede ingresar fácilmente a comercios, mostraron mucho compromiso”, sostuvo.

“En California y Hawái hay estacionamientos reglamentarios, baños públicos en playas y las comodidades necesarias. Existen sitios que geográficamente por sus pendientes o morros son difíciles de adaptar, pero en Miramar no tenemos esa limitación caso, sería más fácil solucionar el problema”, concluyó.

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