Por Graciela Pilone: “Ni víctimas, ni victimarios”

Quienes transitamos el riesgo de enfermarnos de Covid 19 desde hace más de un año y presenciamos expectantes la respuesta del sistema sanitario que nos proteja, tenemos la responsabilidad social colectiva de cuidarnos individualmente. Al respetar las medidas de prevención (distanciamiento, tapabocas, alcohol, lavado de manos) nos cuidamos porque nos interesa el otro, porque cuando lo hacemos estamos cuidando a cada uno de nuestros afectos y las personas que conforman nuestra comunidad.

Pero analicemos las posibilidades de nuestros vecinos y vecinas para no caer en el discurso vacío de legitimidad: Cuántas personas en nuestra ciudad tienen agua potable, no están hacinadas o pueden sostenerse con la falta de posibilidades de trabajos informales. Hace años que estamos debiendo a muchas familias en Balcarce la posibilidad del buen vivir que todo ciudadano/a por el hecho de nacer merece, sin clases sociales ni prejuicios mediante, sólo el respeto por la igualdad de las personas. Esta pandemia ha puesto a rojo vivo la brecha vergonzosa entre nosotros, los otros que nos deberían preocupar.

Los gobiernos Provincial y Nacional  han establecido medidas paliativas para tratar de mitigar el cimbronazo de la falta de trabajo de las familias que han quedado casi sin sustento. Se ha ayudado rápidamente en lo posible y deberá ser una prioridad la generación de trabajo genuino, cuando ésta enfermedad deje de asolarnos.  Las medidas ahora implementadas para los sectores más perjudicados son, por ejemplo, la no aplicación de la retención por Ingresos Brutos; la regularización de deudas impositivas vencidas; la ampliación del Sistema de Alimentación Escolar (SAE), del Programa Envión, Preservar Trabajo y del REPYME; la promoción del consumo en los comercios de cercanía; la ley de moratoria para impuestos patrimoniales; la ley que crea el régimen de monotributo simplificado; medidas  que abren el abanico de protección de un Estado que está luchando contra la pandemia del coronavirus y contra la que destruyera el sistema productivo y social, donde la brecha entre los más ricos y los más pobres determinó el aumento de la mortalidad infantil, el arribo de enfermedades ya extinguidas en nuestro país como el sarampión, el aumento de la pobreza estructural que sigue siendo una deuda insoslayable para los gobiernos populares.

Hasta ahora el Gobierno Municipal, se ha adherido a todas las políticas de salvataje y ha exigido al sistema de salud de Balcarce hasta que hemos entrado a la antesala del colapso sanitario. Hace dos semanas hemos presentado en el Concejo Deliberante el proyecto para la creación del Organismo Covid Balcarce (OCBAL), un intento por reunir participativamente a las organizaciones sociales, científicas, comerciales, de verificación epidemiológica y barriales para controlar la dinámica de la enfermedad en cada lugar de la ciudad y de las delegaciones, para cercar los casos antes que pudieran tener la gravedad de requerir internación y, por lo tanto, tensar las posibilidades de atención del Hospital, pero el oficialismo ha retardado su tratamiento y ha preferido culpar a la ciudadanía por la realidad que atravesamos.

Nos estrechamos sinceramente con cada integrante del Personal de Salud, auxiliares, enfermeros/as, médicos/as, administrativos/as, que están en el medio de esta debacle sanitaria y que se desmoronan cada vez que tienen que acompañar a las familias que han perdido un ser querido, un dolor que se repite a diario en números que para nosotros son deudas de honor. Esta falta de previsión, este no entender que nadie se salva solo, es la imagen inevitable de un gobierno que sólo ve a la muerte como números, los que no sobrevivieron.

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