La investigación se había iniciado a raíz de la denuncia de la niña, quien asistida por familiares relató los perturbadores ataques que vivió desde el año 2014, cuando tenía solo 7 años. En esa época, el empleado municipal comenzó un abordaje sexual aprovechando las oportunidades en que quedaba a su cuidado. En esos momentos, el padrastro amenazaba a la menor lograba quitarle sus prendas de vestir y manosearla.
Los hechos, por lo general, ocurrían en una humilde vivienda de la zona de la estación del ferrocarril que habitaban junto a la madre de la menor. En alguna ocasión, también la llevó hasta un descampado cercano donde logró intimidarla.
De acuerdo a los datos que constan en el expediente, los ataques se presentaron primero de forma aislada y luego se repitieron con mayor frecuencia. Durante años la niña no tuvo la capacidad de manifestar sin temores lo que le sucedía, pero finalmente en marzo logró exteriorizarlo.
En el día de ayer declararon los testigos, hoy se leyeron los alegatos.
El fiscal Rodolfo Moure solicitó la pena de 13 años por “Abuso sexual doblemente agravado por haber sido cometido con acceso carnal por vía vaginal y por haber sido contra una menor de 18 años aprovechando la situación de convivencia preexistente ello en forma continuada (art 119 párrafo 3 y 4 inc. F conforme reforma ley 27352 y Art 54 del C. P).
La defensa de Armando Altamirano solicito la absolución o el cambio de la carátula de "Abuso sexual agravado" a abuso simple pena que rige de 1 año a 4 de prisión.
