Roberto Florez: "Nunca oculté nada de lo que tengo"

Roberto Florez ama a los animales. Ha vivido toda su vida en el mismo campo, a escasos diez kilómetros de Balcarce sobre la continuación de la avenida Eva Perón, en la Colonia y desde hace más de cincuenta años se ocupa de criar todo tipo de animales a los que cuida y protege como a su propia familia.

Así llegó a reunir más de 300 ejemplares de distintas especies. Jamás ocultó esa pasión que conocen de sobra muchos balcarceños y gente de otros lugares que comparten con él esa afición por los "bicharracos" como él suele llamarlos.

Su campo es desde hace años lugar de visita de muchas familias que sabiendo de su existencia se acercan a ver ese "zoológico", del que incluso un número importante de efectivos de las fuerzas de seguridad de nuestro medio conocen de sobra y suelen llegar para visitarlo.

En la mañana del miércoles la Policía Federal y de Fauna (acompañados por efectivos policiales de nuestro medio) allanó su campo tras una denuncia y constató la presencia de aves de todo tipo, pumas, búfalos, ciervos y hasta dos tigres de bengala, todos en buen estado alimenticio y sanitario.

La noticia del "descubrimiento" tomó estado público y rápidamente se difundió en medios de la zona y el país, con la lógica andanada de comentarios en las redes sociales.

Se habló incluso de que Florez capturaba perros para alimentar sus animales.

El propio Roberto Florez, en entrevista concedida a El Diario, salió al cruce de todos esos dichos negando rotundamente tener vínculos con el tráfico de animales exóticos y dijo que en su establecimiento rural no funcionaba un zoológico clandestino, dando un pormenorizado detalle de lo sucedido, de cómo se fue haciendo de los diferentes ejemplares y de los cuidados que les dispensa, resaltando que incluso mientras él se ocupa del cuidado, en reiteradas oportunidades cazadores furtivos le han matado ciervos, ñandúes y ejemplares de otras especies.

EL ALLANAMIENTO

El procedimiento, según narra, se realizó a las 9:30 de la mañana cuando un numeroso grupo de uniformados irrumpió en el campo y ante su presencia en la puerta de la casa le manifestaron que se trataba de un allanamiento ingresando a la vivienda donde estaba su esposa.

A partir de entonces, siempre con muy buen trato de acuerdo a lo destacado por Florez le explicaron que había una denuncia relacionada con la tenencia de animales silvestres en cautiverio, iniciando un recorrido por todo el predio en el que se hallan los animales y constatando el buen estado sanitario de los mismos.

"Estuvieron hasta las tres de la tarde recorriendo todo, los acompañé en todo momento y les fui explicando todo lo que querían saber mientras veían las condiciones en que estaba todo. No tengo nada que ocultar", afirmó resaltando que según le dijeron los responsables del operativo, el gran inconveniente estaba centrado en el hecho de no contar con documentación que avalara la procedencia de los animales.

COMO OBTUVO LOS ANIMALES

Al respecto manifestó que hace ya cerca de cincuenta años "Juan Acenjo, de Vela, me regaló un Ciervo Dama, al poco tiempo sumé una yunta de ciervos Axis que me dieron de un campo y dos Colorados que me regalaron de la estancia "La Demasiada". Así me fui armando de los animales. Me quise anotar en Fauna pero en ese tiempo era muy caro para mí, así que seguí así nomás. Le presté un ciervo a un conocido que me regaló un par de Muflones (parecidos a los caprinos con grandes cornamentas) que los junté con las ovejas y los fui cruzando. Sumé también unos chivos. Los pavos reales los canjeé por unos avestruces en un campo. En el zoológico de Sierra de los Padres me cambiaron unos pavos reales por una yunta de ñandúes y ahora ya tengo más de 20 pavos reales. Tiempo después, del INTA me avisaron que en el campo había un pichón de puma para llevarlo al zoológico de Sierras y ellos me lo dieron. Era una hembra que al año tuvo cría. Hace tres años estaba cuidando una yunta de búfalos sobre la banquina y paró un camión. El conductor, de Azul, se puso a conversar y me ofreció un pichón de tigre que por supuesto acepté y al mes me lo trajo. Lo crié teniéndolo en mi falda; ahora pesa unos 150 kilos, pero es muy manso. A este sumé otro que me lo trajo un hombre de Buenos Aires que se enteró y me lo ofreció porque no le podía mantener. Así fue como fui reuniendo lo que hoy tengo".

LA ALIMENTACIÓN

En cuanto a la alimentación de los animales, que fue uno de los ejes centrales de la investigación atento a versiones de que Florez se ocupaba de cazar perros para alimentar a los pumas y tigres, el dueño de las "mascotas" afirmó que "jamás" hizo y no haría tal cosa, sosteniendo que incluso los perros están junto a los pumas sin molestarse.

"Lo que les doy de comer me lo dan del frigorífico. Voy todos los días y traigo lo que ellos desechan (terneros nonatos, descartes de faena, etc.) Ellos pueden dar fe de lo que digo. Si no fuese por lo que me dan me resultaría imposible mantenerlos"

ARMAS Y CORNAMENTAS

En el allanamiento, los uniformados incautaron una importante cantidad de cornamentas de ciervos que, explicó su propietario, son las que los animales recambian; así como algunas cabezas embalsamadas que, aclaró, pertenecen a animales de su propiedad que por diferentes motivos murieron y él decidió someterlas al proceso de embalsamamiento.

Asimismo se le secuestraron varias armas, en su mayoría correctamente declaradas.

"salvo una pistola y una carabina calibre 22 que era de mi padre".

"ME DIJERON QUE NO ME VAN A SACARLOS ANIMALES"

En cuanto a la situación tras el allanamiento comentó que "el problema es el no tener los papeles que certifiquen como conseguí los animales, pero Fauna me dijo que por ahora al menos no me los sacan, me los dejan, aunque me dijeron que tengo que apartar los pumas machos de las hembras para que no se sigan reproduciendo. Y si algún ejemplar se muere le tengo que sacar una foto y mandárselas a ellos como comprobante de su falta. A su vez me explicaron que puedo hacer toda la papelería para poder tenerlos".

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