El PJ local repudia la actitud miserable de algunos sectores por la muerte ex secretario presidencial Fabián Gutiérrez

La convulsionada situación que se vive alrededor de la muerte del ex secretario presidencial Fabián Gutiérrez conmociona a la sociedad toda, al tiempo que despierta los viejos fantasmas del odio ejerciendo un preocupante terrorismo psicológico.
Lamentamos que en vez de la búsqueda de la verdad se intensifiquen los mecanismos de agravio infundado, y que demuestra en la oposición una incultura que menoscaba la inteligencia de las mayorías.
El mal uso y abuso de la comunicación por parte de quienes ejercen funciones políticas de cualquier índole, los que pretenden hacer un caranchismo político creyendo –ingenuamente- que están capitalizando una especie de poder en desmedro del peronismo, y en consecuencia del hoy oficialismo nacional, no está generando otra cosa que la repulsión, por parte de la sociedad, no a quienes esos irresponsables apuntan pretendiendo tildarlos de “asesinos” o “cómplices”, sino a toda la clase política en general.

Resulta lamentable escuchar a determinados personajes hablar de “terror”, un término tan caro para nuestra historia reciente, cuando esos mismos sectores callaron cuando había que elevar la voz en búsqueda de Justicia. Esos grupos, aunque minoritarios, son los que aprovechando la masividad de los medios de comunicación que se prestan a ese juego macabro están limando los cimientos de un sistema democrático que tanto sufrimiento nos costó, por cuyo anhelo tanta sangre corrió, y durante su búsqueda tantos compatriotas murieron o desaparecieron.
En estos tiempos de marketing digital, donde un simple mensaje por las redes sociales tiene tanta trascendencia como una declaración en cualquier otro medio de comunicación tradicional, deberíamos todos reflexionar acerca de nuestras funciones y obligaciones como personas públicas ligadas a la política. La gente se está cansando del desprestigio constante de las personas, y quienes tenemos representación ya no podemos emitir libremente cualquier comentario sin medir las consecuencias. Con estas actitudes no se está atacando a un rival político: están volviendo a instalar el odio. Pero no a un determinado sector, en este caso nosotros, sino hacia toda la clase política, ignorando casi la importancia de poder convivir en un sistema democrático.
Con nuestros defectos y virtudes, la política es disentir. Y no se trata de estar de acuerdo en todo porque jamás podría ocurrir, por ejemplo, que como defensores de las acciones que beneficien a todas y todos los argentinos posibles, comulguemos con ideas de la derecha. Así y todo, la política es consenso. Esto que están haciendo roza el terrorismo, no tanto por las formas, pero sí por el desinterés en las consecuencias que se pueden tener.
Instamos una vez más al raciocinio y al sentido común de nuestros rivales políticos. Mientras siguen armando rings para utilizar macabramente cualquier situación conveniente y degradar a quienes no piensan como ellos confundiendo a la sociedad con tantas mentiras, existen sectores que se benefician de la anti política que están instalando (y a los cuales ni siquiera pertenecen), poniendo en jaque al sistema democrático dentro del cual todos los sectores formamos parte.
Hagamos de una buena vez por todas el sano ejercicio de la política, antes de que sea tarde.
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