Opinión: 797 días después

El 2 de junio de 2016, centenares de balcarceños se concentraron al pie de la pirámide de Plaza Libertad para rechazar los descomunales aumentos en las tarifas de servicios públicos y las políticas desarrolladas en contra del mercado interno.
Particulares, industriales, comerciantes y  cuentapropistas  estaban comenzando a ser víctimas del nuevo plan económico.
Algunas entidades locales adhirieron y participaron del reclamo.
La Cámara de Comercio e Industria de Balcarce hizo silencio.
En una Declaración Pública difundida aquella fría noche invernal las entidades adherentes calificaban a los incrementos tarifarios de "arbitrarios, abusivos, desproporcionados e improcedentes", y se pedía a las autoridades nacionales y provinciales  " recuperar y dinamizar el mercado interno manteniendo el consumo y favoreciendo el empleo, generando urgentemente más puestos de trabajo y respaldando la producción de las Pymes y la actividad comercial y agropecuaria", privilegiando los intereses populares.

Nada de eso se hizo. Por el contrario: se agravó la situación. Se amplió el ajuste y el endeudamiento. Se profundizó el sacrificio del mercado interno. Y naturalmente, los pequeños comerciantes e industriales están entre las primeras víctimas. Ellos necesitan que los trabajadores conserven sus puestos laborales y tengan buenos salarios para poder consumir. También necesitan que los jubilados y pensionados al menos conserven el valor de sus ingresos. Muchos no lo entendieron. Ahora algunos están empezando a comprender.
El ciudadano Mario Avila desplegó una campaña en la ciudad solicitando adhesión para limitar y retrotraer el valor de las tarifas.
Convocó en dos ocasiones a ser acompañado al HCD a fin de expresar el justo y compartido reclamo. Pocos asistieron. La Cámara de Comercio e Industria local tampoco fue.
Ahora la Cámara dice "Basta de aumentos al comerciante balcarceño",  y convoca o adhiere a un apagón de 10 minutos.
Algunos acuden al médico cuando el tumor ya avanzó demasiado, pese a los dolores que sentían.
Los brutales aumentos tarifarios  -que no sólo afectan al comerciante balcarceño-  sólo constituyen una manifestación mas de las consecuencias de la aplicación de un plan económico que no está pensado para favorecer a los comerciantes ni a los pequeños industriales, ni al pueblo que -pese a todo- ellos integran.
La adhesión a un sector político-partidario e ideológico tiene su precio.
Los 797 días significan mucho tiempo. No obstante, es mejor tarde que nunca.
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