Y en la tarde de hoy mujeres que allí dieron rienda suelta al festejo por haberse aprobado en primera instancia la legalización del aborto.
Los rostros plenos de alegría que no podía ocultar el cansancio de una larga y sufrida vigilia se mezclaron con abrazos interminables y voces, afónicas en muchos casos, que exteriorizaban los nervios contenidos desde hace tiempo.
Cautas y conscientes de que aún no está dicha la última palabra, las chicas, adolescentes y mayores que se acercaron a la plaza reafirmaron la celebración que había comenzado a media mañana y que esperan cerrar cuando el Senado defina su postura, que no dudan, será favorable
