Una negligencia determinó que un niño sufriera una seria lesión en la Plaza Colón

 Mientras jugaba junto a otros amigos, un menor de 12 años de edad cayó sobre la punta de una varilla erguida de hierro. Rozó la traquea con el metal, y éste se introdujo en su mejilla izquierda causándole un pronunciado corte que se extendió desde zona muy cercana a un ojo hasta la parte inferior y lateral de su boca.

Dicha varilla forma parte de una baranda metálica que con imprudencia o negligencia  fuera dejada sobre el suelo de la Plaza Colón, a pocos metros del arco cercano a la calle 8.

La madre del niño inmediatamente le condujo al Hospital Municipal, donde le aplicaron varios puntos de sutura.

La progenitora, Sra. Ferreyra,  afirmó estar muy afectada, y señaló que el niño atraviesa un momento difícil y que se niega a tener contacto con otras personas debido al estado de su rostro, lo cual resiente su actividad escolar. Manifestó su temor por las consecuencias que el corte podría dejar en el rostro del menor.

Informó también que la citadas barandas metálicas, con la punta de algunos de sus hierros hacia lo alto, no estaban separadas del contacto con los niños por ningún cerco,  valla, barrera u otro elemento protector de su seguridad. Dijo que tampoco existía en el lugar ninguna señalización que advirtiese sobre la existencia de elementos punzantes, pese a que los responsables del lugar conocen que toda la superficie de la plaza es utilizada para el juego de los niños, y en especial el lugar donde ocurrió el referido hecho, ya que a pocos metros del mismo se ubica una pequeña cancha para actividades deportivas.

Ha trascendido que pocas horas mas tarde dichas barandas fueron retiradas del lugar, presumiblemente,  por personal municipal.

    La madre del menor ha formulado la denuncia del hecho ante la Comisaría local, por lo que se dio intervención a la Unidad Fiscal Descentralizada de Balcarce. También ha notificado el hecho a la Municipalidad local a fin de que asuma su responsabilidad y las consecuencias del suceso, teniendo en cuenta su condición de dueña y guardián del predio.

    Este hecho pudo haber tenido aún peores consecuencias.

    Ello obliga a todos, y en especial a los responsables comunales,  a extremar las medidas a fin de evitar situaciones semejantes en los espacios públicos.
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