Mar del Plata, la ciudad de la furia: vecinos rehenes de la inseguridad en pleno macrocentro

Desde hace meses, el sector del macrocentro de Mar del Plata, específicamente en la esquina de 25 de Mayo y España, se ha transformado en una zona donde el miedo gobierna. A tan solo seis cuadras del Palacio Municipal y en inmediaciones de dos centros de salud de gran prestigio, los vecinos aseguran que, una vez caída la noche, resulta casi imposible circular con tranquilidad por las calles.

El personal de salud que ingresa y egresa de los nosocomios lo hace prácticamente corriendo, obligado a convivir con situaciones de extrema inseguridad. Según relatan los frentistas, en la zona se concentra un grupo de travestis que, lejos de ejercer la prostitución, estarían vinculados al narcomenudeo. Noche tras noche, las esquinas se llenan de hombres en estado de abandono, comparados por los propios vecinos con “zombis”, que revuelven tachos de basura y se disputan violentamente las denominadas “paradas” de cuidacoches.

La violencia escala con frecuencia. El pasado jueves, en inmediaciones de Plaza Rocha, tres jóvenes de 23 y 17 años atacaron brutalmente a golpes a un hombre, provocándole heridas en la cabeza. En el lugar debieron intervenir el SAME y personal de la Comisaría 1ª, que procedió a la detención de los agresores, quienes quedaron a disposición del fiscal de flagrancia, Dr. Arévalo. Posteriormente, el menor de edad fue excarcelado y su causa tramita en el fuero juvenil.

Pero los episodios no cesan. En la tarde del viernes, a escasas cuatro cuadras de ese hecho y en la misma cuadra donde se encuentra la Comisaría 1ª, se produjo un nuevo enfrentamiento entre dos “trapitos” y un vecino que, cansado de la situación, salió con una cadena y los separó a golpes. Cinco días antes, en ese mismo sector, fue incendiada la entrada de un banco, sumando otro grave episodio a la creciente lista de hechos delictivos.

La preocupación se extiende a otros puntos críticos de la ciudad. Vecinos de la zona de la Ferroautomotora, desesperados, solicitaron la presencia de Prefectura Naval Argentina, asegurando que el lugar se ha convertido en una “zona zombi”, comparable, según sus palabras, a las calles más degradadas de ciudades como Filadelfia.

La sensación de abandono es total. “Nadie nos escucha”, repiten los vecinos. Denuncian que la Patrulla Municipal solo aparece para grabar videos, pero no brinda soluciones. Al llamar, se los deriva al 911; desde allí, a la Comisaría 1ª; luego, a Drogas Ilícitas y, finalmente, a Fiscalía, en un circuito interminable que no resuelve nada.

La situación recuerda, según una vecina, “al Italpark de la infancia, donde se giraba en una calesita intentando alcanzar la sortija, pero nunca se lograba”. Hoy, esa sortija es la seguridad y la justicia, y sigue siendo inalcanzable.

Salir por el macrocentro de Mar del Plata se ha convertido en un verdadero tren fantasma, donde nadie sabe cuándo puede ser víctima de un ataque. Cansados de reclamar sin respuestas, los vecinos recurren a la prensa como último recurso para visibilizar una problemática que, a los ojos de funcionarios y dirigentes políticos, parece invisible.

Cuestionan directamente la ausencia del secretario de Seguridad, Rodrigo Goncalvez, a quien acusan de permanecer encerrado en un COM que solo registra imágenes, mientras la ciudad se hunde en el descontrol. “Cada día estamos más presos en nuestras casas, mientras los delincuentes están libres”, afirman, señalando también la falta de respuestas del Poder Judicial.

La pregunta final resuena con preocupación: ¿será necesario que los vecinos deban armarse legalmente para defenderse? Ojalá no se llegue a ese punto y algo cambie antes de que Mar del Plata deje, definitivamente, de ser una ciudad feliz.

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