Milei afirmó que la ONU se alejó de su misión original de promover la paz y la cooperación entre los Estados, y describió a la institución como un organismo burocrático que “incendia el futuro para mantener caliente el presente”. Reclamó que la organización deje de excederse en sus funciones y devuelva protagonismo a los Estados. Además, cuestionó la apertura a la inmigración política y la eficacia de programas internacionales, incluida la Agenda 2030.
El mandatario vinculó estos problemas con la pérdida de libertades individuales y comerciales y reafirmó su alineamiento con Estados Unidos, destacando la política de Donald Trump sobre inmigración y “captura institucional”.
Exigencia por Nahuel Gallo
Milei calificó la situación de Gallo como una “desaparición forzosa” y pidió a la comunidad internacional respaldar su liberación, apelando al derecho internacional y la dignidad humana.
Para “encauzar” el trabajo de la ONU, propuso cuatro principios: priorizar la paz y la seguridad internacionales, intervenir solo cuando los Estados no puedan hacerlo, garantizar eficiencia institucional mediante auditorías y consolidación de agencias, y simplificar normas para favorecer la cooperación sin limitar la producción, inversión y el comercio.
El presidente también reiteró el reclamo de soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, condenó la violencia política de izquierda y pidió reforzar la cooperación jurídica internacional. Además, reafirmó su postura a favor de la liberación de rehenes en Gaza, defendiendo los derechos y la seguridad de los ciudadanos israelíes.