El jefe de Estado señaló que el Gobierno nacional mantiene conversaciones con al menos cinco líneas aéreas que tienen intenciones de quedarse con la compañía.
“Tomamos un proyecto de Juntos por el Cambio y adherimos y propusimos la privatización y si no se puede se la vamos a ofrecer a los empleados”, señaló el presidente en una entrevista en La Nación+.
En esa línea, enfatizó que la propuesta de entrega de la compañía a los trabajadores “ya fue rechazada”.
“Cuando nosotros llegamos sólo el 10% quería que se privatice, después de la salvajada que hizo (Pablo) Biró ahora es 50/50”, sostuvo Milei.
El presidente indicó que en su gestión hubo una reducción de personal de 1500 empleados y que además se equilibraron las cuentas.
Milei dijo que pese a que se logró esta estabilización, avanzará con su plan de desprenderse de la compañía
En relación con los avances en las negociaciones para una posible privatización, Milei sostuvo que varias empresas ya han mostrado interés. “Tenemos varias propuestas para privatizarla. Hay varias empresas que ya manifestaron su interés”, indicó el presidente. Según explicó, las reuniones con empresas del sector aéreo ya han comenzado y la posibilidad de que alguna de ellas adquiera la totalidad de Aerolíneas Argentinas es real: “Hubo reuniones con líneas aéreas”, señaló.
El presidente comparó la situación de Aerolíneas Argentinas con casos similares en la región, mencionando los ejemplos de Brasil y Uruguay. “El propio Lula privatizó Varig en Brasil, y el propio Mujica hizo lo mismo con Pluna en Uruguay”, argumentó, cuestionando por qué Argentina debería ser una excepción en la región.
Ante el argumento de que el país debería contar con una aerolínea nacional, Milei insistió en los riesgos de mantener empresas estatales: “Nosotros pusimos las cuentas en orden, y cuando venga el próximo, ¿qué hacemos? ¿De vuelta volvemos a hacer populismo con las empresas del Estado?”, preguntó de manera retórica. “Demuéstreme alguna empresa del Estado que funcione mejor que una privada”, desafió el presidente, aludiendo a lo que considera la ineficiencia crónica de las empresas estatales en comparación con las privadas.