La nota, que fue editada en partes y dada a conocer el sábado por la noche, finalmente puede verse completa, en el sitio web del portal y en YouTube.
Yáñez, notoriamente afectada emocionalmente, contó el calvario que vivió sobre todo el último año que estuvo en la Quinta de Olivos, por los ataques físicos y psicológicos de su expareja, expresidente de la nación y padre de su hijo Francisco. Asimismo, aseguró que muchas personas sabían lo que estaba pasando y nadie la ayudó ni la defendió, y que en su primer acercamiento al juez, Julián Ercolini, le pidieron que no radicara la denuncia.
Como tantas víctimas de violencia de género, se sintió revictimizada al ver las fotos publicadas en todos los medios, prácticamente enuna suerte de cadena nacional. No obstante, al hablar, al pronunciar su experiencia, al revisar lo que había pasado, se dio cuenta de que lo vivido no era normal. Y pudo denunciar.
“Me destruí, pero me destruí por mi hijo. Yo jamás hubiese querido que saliera una foto así de mí. ¿Qué mujer se quiere ver en todos los programas de televisión y en los medios del mundo así? No entiendo cómo se filtraron los chats y que se guardaran la foto para el último momento. Creo que no hay una mujer en el mundo que quiera verse así. Hay otras causas sobre violencia que siempre van por lo privado. Entonces sus hijos no lo van a ver, ni su familia”, lamentó sobre el accionar periodístico.
Asimismo, al dar testimonio, abrió la posibilidad de que salga a la luz más información para respaldar sus dichos, ya que quien primero debe dar cuenta de lo ocurrido en materia de violencia de género siempre es la persona afectada y no versiones periodísticas, aunque parezcan de primera mano, como ocurrió en los últimos días en distintos medios.
“Estoy pasando un momento como nunca antes imaginé. Por algo que no salió de mí. Que salió a raíz de la consecuencia de una causa. Sale del teléfono de otra persona. Yo nunca hubiese hecho una cosa como ésta porque jamás hubiese querido exponer a mi hijo o que mi hijo tenga que ver algo de esto algún día en su vida. Y ahora lo va a tener que ver. Y no salió de mí. Salió de un teléfono de una causa por corrupción”, aseguró Yáñez.
Consultada acerca del vínculo afectivo que tuvo con Fernández, sobre el amor que alguna vez los unió, Yánez expresó: “Muchos años. Más de 14 años. Me acordaba ayer. Esa foto en las redes sociales del compromiso que fue en París el 14 de mayo del 2016…”, y luego añadió sobre cómo sobrevino la crisis: “No puedo contar exactamente lo que pasó. Todas estas cuestiones las manifesté en el material que se grabó. Y así como yo tenía que resguardar mi integridad, por el miedo que tengo… hoy no podía salir de mi casa, pusieron inhibidores para que yo no pudiera salir de mi casa. Inhibidores que hacían que el auto se apagara”.
En esa línea, agregó: “Hoy tengo miedo de volver a mi casa. ¿Qué voy a hacer con mi hijo? ¿Por qué inhibieron todo el lugar? Para que no pudiera salir de mi casa. ¿Cómo vuelvo? ¿Qué hago con mi hijo y con mi mamá? Bueno, por ese miedo y por lo que grabé con quienes firmamos un contrato de confidencialidad”.
El material que grabó Yáñez y al que hace referencia es un documental, rodado tiempo atrás, donde contó algo de lo que hoy se conoce y, seguramente, otras cuestiones, para resguardar su vida y liberarse de la presión diaria que atraviesa. Aún no fue publicado.
“Hoy también tengo un poco de calma al haber grabado este documental que grabé. Las personas que lo hicieron, que estuvieron conmigo, me dieron tanta seguridad y tanta libertad para expresarme y dejar fluir todo, todo lo referido a lo que ha pasado conmigo, con mi imagen. Yo no puedo trabajar hoy. Porque había 45 millones de argentinos con indignación -y lo entiendo – por un montón de cosas. Pero también hay otra cuestión: a mí no me dejaban hablar. Cualquiera dijo de mí lo que quiso en televisión, en radio, en los diarios, en donde sea. Jamás nadie salió a defenderme, nadie me defendió. Lo único que que yo recibía como respuesta de la persona encargada de la prensa presidencial era: ‘No les contestes porque les das entidad’. Entonces la gente no conoce mi voz. La gente no conoce mi trabajo, no conoce nada de mí. La gente no me conoció”, indicó.
En esa línea, Yáñez contó que hizo mucho trabajo social durante su etapa como primera dama y mencionó el apoyo del papa Francisco. “Era lo que me mantenía en pie. Y además lo hacía con todo el amor del mundo. Y toda la gente con la que trabajé, que me conoce, sabe lo que hice a cambio de nada, porque ni siquiera se publicaban las cosas que yo hacía. ¿Por qué? Porque siempre me tuvieron relegada. ¿Cuántas primeras damas hay en el mundo a las que el Papa recibe siete o cinco veces?, ya ni me acuerdo”, precisó.
El “quiebre”
Yáñez habló de las amenazas sufridas cuando el expresidente se enteró que ella podía llegar a denunciar, y del hostigamiento casi a diario, cuando Fernández le decía que iba a suicidarse. También tocó el tema del festejo de su cumpleaños número 40, que desató el escándalo de la llamada “fiesta de Olivos” en plena pandemia. Sobre ese episodio, aseguró que ella no organizó el brindis y que pasó algo que fue “un quiebre”.
El último año de mandato de Fernández, con su hijo ya nacido, fue el peor que vivió en la Quinta de Olivos. “No soportaba más. ¿Cómo una persona con tanta impunidad te hace una cosa así? Entonces ni siquiera le contestaba. Agarraba, me ponía la bata, las pantuflas y me iba a la casa de huéspedes. Y después tomé la decisión. En julio más o menos. Cuando empezaron a decir que estábamos separados, era verdad. Solo que no lo querían decir. Entonces, obviamente, si yo me iba de Olivos iba a ser un escándalo. Entonces, todavía queriéndolo ayudar, queriéndolo ayudar, me voy a vivir a la casa de huéspedes, donde él cada vez que llegaba abría la puerta. Pero no es que me golpeaba la puerta para entrar. Abría la puerta así, de un portazo. Y yo ahí viví con mi hijo el último tiempo. Entonces empezaron desde antes de agosto, todas las semanas, a darme un cuento distinto: ‘Mañana te vas’, y así. Pero no me dejaron ir hasta el 2 de diciembre”, aseveró.
La trama de la denuncia
Sobre la denuncia radicada días atrás, reveló un entramado al menos extraño y, en sus palabras, incómodo. “Era una situación bastante incómoda. Me llama el juez (Julián Ercolini). Quería hacer todo rápido, todo apurado. En menos de cuatro horas me armaron una audiencia. Entonces, en ese momento, y además porque me pidieron que no lo hiciera, más que no sabía qué hacer, dije que no“, indicó Yáñez.
Esa secuencia ocurrió los primeros días de julio. Finalmente, luego de la filtración de las fotos y los chats, Yáñez pudo tomarse su tiempo, aclarar sus vivencias y denunciar cuando ella lo decidió. En las próximas horas, está previsto que amplíe su indagatoria. (DIB) ACR