Laura Gómez Giorlando: “La cantidad de gente pidiendo trabajo en el shopping virtual de Balcarce se ha incrementado”

La referente local de la Organización social “Nuestra América” dialogó con “Balcarce Vox”. Habló de la crítica situación que atraviesan los sectores más vulnerables de la ciudad. Se refirió a los jubilados y las mujeres. Expresó su parecer sobre las denuncias a responsables de Comedores, la mercadería que llega a los hogares, el trabajo existente y la reforma laboral, entre otros varios temas de la realidad social balcarceña. Se refirió a la labor permanente de los integrantes de “Nuestra América”. 

“Dejó de existir el Programa ProHuerta. Esa partida no existe más”, expresó.

A continuación, la transcripción de la entrevista a Laura Gómez Giorlando: 

B.V.: Laura, ante todo te pregunto ¿vos sos referentes de Nuestra América, estás en contacto con distintas personas de nuestra ciudad? ¿cuál es la realidad que están atravesando en este momento, luego de años complicados en la presidencia de Alberto Fernández, agravados, entiendo yo, notablemente, desde la asunción de Javier Milei?

L.G.G.: Bueno, para poner un poco en un contexto, en el caso particular nuestro de nuestra Organización, nosotros no tenemos comedores y merenderos, pero sí asistimos con proyectos productivos a distintos entes que ahora después voy a comentar, como por ejemplo, la iglesia y el propio municipio, en propuestas que tienen que ver con el tema la soberanía alimentaria. En el caso particular del que me estás hablando, la situación se ha agravado para bastante mal, porque la crisis económica ha hecho mella en las mesas de las familias, y la realidad es que es mucha la gente que asiste a los comedores y merenderos de la ciudad, que existen actualmente hoy, que uno conoce por estar en contacto con otros organismos, ya sean organizaciones sociales o civiles. Y la realidad es que hasta dentro de lo que es el propio espacio de municipio hemos tenido desde la gente que se comentaba cuando en un principio de la toma del gobierno de Milei, del inicio del gobierno de Milei, se había detenido la llegada mercadería a Desarrollo Social. Entonces la gente llamaba preocupada, la que no estaba asistiendo a comedores y merenderos se volcaba a decirte, “bueno, me están diciendo de desarrollo que no llega”. De hecho tenido charlas en su momento con gente del municipio y les pasaba ellos mismos, que estaban las bocas cerradas por todo este tema de la investigación, ¿no? Y Eso agravaba la situación. Si vos tenías equis cantidad de gente en comedores y merenderos, empezabas a tener mucho más. La realidad es que el bolsillo al ciudadano no le alcanza. Pero una cosa es el análisis político y económico que uno pueda ver, y otra es la realidad de la persona cuando va con su suelo a comprar al supermercado.

B.V.: ¿Quiénes son y cuáles son las características de las personas que acuden, han pedido de ayuda tanto a comedores como a ustedes como organización social?

L.G.G.: Y la realidad es que la gente que acude es la gente que está en trabajo informal. La gente cree o se habla hay como una leyenda urbana que los únicos que se acercan son la gente que recibe un plan social, o un ex Potenciar Trabajo. Pero la realidad es que se acerca cualquier persona que esté pasando una situación económica que le es difícil, que no llega a fin de mes, que tiene un trabajo informal, que no le pagan lo que deberían o que trabaja en changas. Y la realidad que esta gente se acerca ya sea por la vianda del día o por la bolsa que se puede llevar para el mes, que con ayuda de otras ayudas que se va haciendo en el mes puede paliar un poco la situación. Recordemos que lo que se da en comedores y merenderos es una ayuda, después la persona no es que se queda en su casa esperando a ver qué más le entra, sale a trabajar. Eso es una cosa que tampoco nunca se dice, parece que la gente se queda en la casa. Con sinceridad, y lo vemos en el tema de las bolsas que se dan de alimentos en las escuelas, también lo charlábamos en su momento con los compañeros de SUTEBA y demás: en la bolsa de mercadería, hasta hace un tiempo, llegaban cinco productos, cuando en otros años era mucho más abultada porque era para un mes. Eso sumado a alguna ayuda que pudiera entrar, más alguna changa que hacían las familias, paliaba la situación. Pero hasta hace menos de un mes, llegaban cinco productos en la bolsa.

B.V.: ¿Cinco productos para todo el mes?

L.G.G.: Sí, para todo el mes. Era una botella de aceite, un paquete de fideos, uno de arroz, no me acuerdo si eran arvejas, y un puré tomate. Eran cinco productos, que de hecho se elevó en su momento, tanto desde distintos concejales como del tema de escuelas, que se pidió que se podía acomodar un poco lo que estaba llegando. Y de hecho sé que es lo que es provincia, se mejoró la bolsa, en provincia de Buenos Aires. Esta semana llegó, me comentaban compañeras que reciben, vino con 15 productos y que vino bastante linda la bolsa, en relación a lo que consuma la persona, porque también es una realidad. Si a vos te ponen una bolsa que no tiene cosas que te van a servir, porque imaginate que un paquete de arroz, un paquete de fideos para todo el mes, obviamente no alcanza. Por eso digo, la gente no vive con eso que se le da, esa es la realidad.

B.V.: Ahora, esos productos que vos mencionás, ¿cuál es el origen, de dónde vienen, Laura?

L.G.G.: Y esos salen del Estado, ya sea nacional o provincial. Sabiendo la necesidad que hay, manda partidas de alimentos que las da a distintos organismos, llámese la escuela cuando la bolsa de la escuela, o en el caso de Desarrollo, la mercadería que da Desarrollo. O en el caso de los espacios sociales las mercaderías que se dan.

B.V.: ¿Se presentan a recibir también esos alimentos personas mayores, personas jubiladas?

L.G.G.: Sí, es más, se ha acrecentado el tema de los adultos mayores, porque con el tema de los aumentos, la gente ha visto que su poder adquisitivo, si tiene que descontarle los servicios que pagan su casa, ni hablar si alquilan. Si a eso le sumamos los remedios, que a la gente mayor se le va más de un 50% en medicación, a la mayoría. Es más, cuando empezó acrecentarse esta crisis, una cosa que surgía cuando nosotros nos juntamos, a ver cuáles son los focos donde hay que poner más atención, hablaba de esto de tener en cuenta a los abuelos mayores, porque la estaban pasando mal.

B.V.: Imagino que también las mujeres deben ser quienes más solicitan esa ayuda…

L.G.G.: Y sí, porque muchas veces tenés personas que tienen varios hijos, que no pueden salir mucho de sus casas, aunque las mujeres pese a lo que se pueda creer siempre se las rebuscan limpiando alguna casa, haciendo alguna tarea que les permite llegar. Yo doy un ejemplo, en el caso nuestro que yo hoy comentaba: nosotros, por ejemplo, tenemos proyectos productivos con la iglesia, con el padre Pablo. Nosotros lo que hicimos con los compañeros que en su momento tenían el Potenciar Trabajo, fue solicitar un espacio que tenía la iglesia en desuso, el fondo de la iglesia de Luján, y que era un terreno en desuso. Se limpió con los compañeros, y en todo ese espacio, un espacio grandioso, se hizo una huerta comunitaria que estaba manejada por los compañeros de la organización. Y todo lo que se producía y se produce va a parar a Cáritas. Las señoras de ahí tienen los listados de gente que va a buscar también la bolsa de Cáritas de alimentos. Entonces, ellos, lo que hacen es que tienen equis cantidad por capillas de gente que va a buscar la ayuda y que a ellos también se les acrecentó porque eso es una charla que también tuvimos con la gente de la iglesia. Y nosotros sumábamos las verduras frescas. Todas las semanas entregan en capilla Luján verduras, que ellos se dividen por las familias que van a buscar. Y si no se desde Cáritas, que nuestra amiga y querida Hilda que trabaja en la capilla de Luján, ella define a qué capilla de la ciudad le tocan. Pero hemos ido rotando por todas las iglesias. Entonces digo, hay un trabajo que por ahí la gente no conoce. Y esto no es de hace un mes, esto se hace ye en el tema de la iglesia llevamos más de un año y medio. Y eso se dona todo. Entonces, una cosa que se decía era que además de los productos que podía conseguir desde Cáritas, que también vienen de Provincia y de Nación, sumado a las colectas que hacen que ellos también compran y les costa mucho comprar y lo charlábamos, que se estaba poniendo muy difícil, porque cada vez tenían más gente ahí. Se les sumaba la verdura fresca que a la gente la ayudaba. Por ejemplo, te dieron en un arroz y pudiste hacer un revuelto de acelga. Parece que no, pero se te simplifica. Además de estar sumando alimentos nutritivos, porque olvidemos que era imposible en estos meses comprar verduras. Porque por ejemplos la lechuga llegó a costar dos mil pesos. Eso es uno de los proyectos que también teníamos con el Municipio, lo mismo: un terreno prestado por el Municipio, donde los compañeros lo limpiaron y ahí lo que producían iba un porcentaje, va de hecho, todavía hoy y ya es el tercer año, a Desarrollo Social, que la directora utilizaba para personas que tenían problemas oncológicos, porque como necesitaban comer verduras que no tienen químicos, esa producción que nosotros realizábamos se destinaba a ellos. Por eso digo, el trabajo de las organizaciones sociales es muy grande, es más amplio de lo que se dice en titulares y de lo que se habla acá. Incluido lo que leías del concejal Guillén, cuando habla de los paros, los cortes y movilizaciones. La realidad es que en Balcarce las organizaciones sociales, por lo menos las que yo conozco y desde que yo entré, y yo hablo por la mía también, nunca hicimos un paro ni cortes. Porque nosotros consideramos que eso le afecta la vida al ciudadano, al vecino. ¿Cómo vas a cortar la calle? Ojo, sabemos que es una práctica que está en otros lugares más grandes donde lamentablemente no tenés otra forma de reclamar, pero cuando el concejal lo baja acá la ciudad, la realidad es que acá no pasa.

B.V.: Las personas que trabajan en esas huertas comunitarias y que hacen otras labores, imagino yo que están percibiendo el Potenciar Trabajo, ¿verdad?

L.G.G.: Sí, que hoy ya no es más Potenciar Trabajo, se desdobló en dos programas: uno es “Volver al Trabajo” de 18 hasta 49 años, y después el otro, que es como una ayuda de sostenimiento, porque entienden que es persona mayor o una mamá con más de cuatro hijos.

B.V.: ¿Cuánto están percibiendo por esos planes actualmente?

L.G.G.: Actualmente están percibiendo 68 mil pesos, que quedó congelado porque antes iba articulado a lo que se cobraba en un salario mínimo básico, pero desde que entró esta nueva gestión, eso se “frizzó” de alguna manera por decirlo así, y esa es toda la ayuda que reciben.

B.V.: ¿Qué carga horaria tienen, si es que tienen alguna?

L.G.G.: El mínimo de lo que era en su momento eran cuatro horas.

B.V.: ¿Cuatro horas diarias?

L.G.G.: Cuatro horas diarias, pero bueno, hoy con este nuevo armado desde el ministerio no les exigen horas, ¿eh? No les exigen asistencia. Hasta que estaba el Potenciar Trabajo, tenían que tener asistencia, tenían que cumplir como mínimo cuatro horas diarias, tenían que cumplir una labor. Y uno hasta lo entendía en el punto de decir, bueno, acomodaba los horarios a la persona. Por ejemplo, si tenía un nene en edad escolar, en el horario que el nene asistía a la escuela esa mamá o ese papá, bueno, el papá por lo general hacía otra changa, entonces podía ir en otros horarios. Pero la mamá iba en ese horario. En el caso de nuestro, que nosotros tenemos huertas comunitarias o, de hecho, también hay entrenamientos productivos, gente que produce comida, que hace ventas, que hacen otras cosas. Pero siempre se entendió eso entendiendo que la persona tenía que también tener un poco de disponibilidad horaria para poder estudiar o salir a hacer otras tareas. Te doy un ejemplo: nosotros teníamos compañeros que hacen el trabajo del helechero, que no se habla acá en Balcarce y que hay muchísimo, que es un trabajo en negro, que por si alguien no lo sabe, es la persona que suba a la sierra, baja con un bolsón de más de 100 kilos de helecho en sus espaldas, y cuando llegan a los 40 años no se pueden mover. Y es un trabajo que no es seguro, que la verdad nadie controla en qué condiciones viaja esa gente. Y a veces pasa que suben una sierra, siendo que la sierra es pública, es un espacio de tierra pública, es del Estado, pero obviamente para poder subir tienen que pasar por los campos de alrededor, que siempre son de alguien, y si a la persona no le gustaba o le daba una mala impresión, se le quitaba lo que producía. Bueno, nosotros tenemos compañeros que hacen ese trabajo. Entonces, bueno, tienen esa entrada más la del Potenciar, más alguna que otra changa, que nos cortan el pasto, algunos son pintores, otros son albañiles, las mujeres cuidadoras de personas mayores o de niños, o limpiaban casas, tenés un poco de todo.

B.V.: Me imagino que si hoy perciben 68 mil pesos, que es la misma cifra que percibían a fines del año pasado, realmente sus ingresos han disminuido notoriamente, con lo cual sus posibilidades de alimentación realmente se han deteriorado.

L.G.G.: Totalmente, sí, sí. Por eso siempre desde el caso de un cierto grupo de organizaciones, yo puedo hablar del ejemplo de cómo lo llevamos nosotros adelante, pero este que otras trabajan de la misma manera, cuando alguien ingresaba que pedía en su momento lo que era el Potenciar, lo que se hacía cuando se juntaba con la persona se le preguntaba qué sabe hacer. Entonces, siempre decíamos, siempre puedo haber un oficio que no te des cuenta que tenés. Entonces, decíamos, si vos es ese Potenciar lo usás para invertirlo en herramientas, en algo para lo que a vos te guste, cuando esto se corte, porque nosotros entendemos que es una ayuda que en algún momento tiene que desaparecer, la realidad no está bueno que la persona recibe una ayuda social. La realidad es que la gente pueda vivir con lo que gana. Pero esto te dice mucha gente de que sobra el trabajo… chicos, agarren en el shoping virtual de Balcarce y fíjense la cantidad de jóvenes y de gente que se ha incrementado pidiendo laburo. 

B.V.: Laburo que cuando lo consiguen es sin tener en cuenta la normativa laboral vigente, ¿no es cierto? Trabajo en negro, y por menor valor de lo que la escala salarial determinaría, ¿no?

L.G.G.: Tal cual. Y ni hablar si a esto les sumas que si se aprueba todo lo que se quiera aprobar, en materia laboral, es gente que la dejás sin derechos laborales. Si llegan al año en un trabajo los van a despedir, aunque la persona sea excelente, porque a la empresa le sirve eso para no tener más carga fiscal.

B.V.: ¿Qué sentís vos cuando aparece gente haciendo imputaciones, acerca de dirigentes de las organizaciones sociales, vinculadas a hechos de corrupción? ¿Entendés que eso es una generalización o que puede haber, como ocurre en todos los sectores, algún hecho puntual de corrupción pero que no es nada más que eso? ¿O entendés que hay algo más detrás de esa carga acusatoria?

L.G.G.: Yo entiendo que hay un poco de todo. A veces siento que es una cacería de brujas, porque bueno, es como esto de los comedores. La mayoría de la gente no sabe cuando se dice, voy a tomar el ejemplo para que se entienda lo de cacería de brujas. Según el informe, la auditoría que se hizo sobre el RENACOM, el Registro Nacional de Comedores y Merenderos de asociaciones civiles, la cantidad que existe registrada en el 2020 es de unos 46.000 comedores. Bueno, el porcentaje que se relevó, que se hizo auditoría en este informe que te dicen, es de 2.646. Y la realidad es que si vos decís “tengo 46.000 comedores, pero se relevaron 2000 y algo”, no podés decir por eso y que cada titular y que cada vez que hacés una declaración, digas que el 50% de los comedores no existen, porque estás relevando 2000. Relevaron la mitad. Si vos tenés los organismos preparados para hacer el relevamiento. Entonces, cuando vos ves eso se utiliza, queriendo, información que no termina siendo verificada. De hecho, yo he leído la otra vez que algunos de los comedores que se decían que no existía había ido, me acuerdo de un exdiputado, a comer ahí y el comedor estaba. ¿Se entiende? Obviamente, como en todo, siempre existe la generalización de decir “son todos corruptos”. La realidad es que habrá gente que se maneja mal como en todo y gente que se maneja bien. Lo que no podés hacer es, estando en un proceso de auditoría, tener como pasó ahora más de cinco mil toneladas de alimentos, guardadas del gobierno nacional que no se distribuyen, corriendo el riesgo de que esos alimentos se echen a perder, habiendo tanta gente en los barrios necesitando. Por qué por ahí uno la mira en “la micro” de la ciudad de nosotros. Pero la realidad es que si vos vas al interior y en la propia provincia de Buenos Aires, en lo que es capital y demás, la necesidad es increíble y lo estamos viendo en los medios. Llega un punto donde hay cosas que no las podés sostener. El negacionismo: ayer veía canales, locales, programas de televisión de periodistas juntando dinero para comedores. Ella no se van a exponer a juntar plata para un comedor si creen que hay algo turbio. La realidad es porque fueron, se fijaron que hay un montón de gente con necesidades que van ahí, y que esa gente que lleva adelante el comedor o el merendero, tiene que seguir dando de comer, porque tiene a la persona con hambre en la puerta. 

B.V.: Es mucho más grave tener cinco millones de kilos de comida guardados en los galpones, sin distribuir, que cualquier hecho de corrupción que pudiera darse en alguno de los comedores…

L.G.G.: Seguir dando. Y aclaro, a mí me parece fantástico que se hagan los relevamientos, que se revea a quién se le da. Doy un ejemplo: yo hace unos cinco años que llegué a la organización. Cuando nosotros llegamos, hicimos un merendero que duró un par de meses. Nosotros pagábamos de nuestro bolsillo el banco de alimentos, que acá tiene una contribución simbólica. Porque la gente se cree que no se paga. Se paga, tenés un número estipulado del dinero que tenés que abonar. Lo pagábamos de nuestro bolsillo. Y la idea de tener en ese momento en el merendero, era más que nada porque yo soy docente y la idea era que al nene, además de brindarle la taza de leche, era tener como un acompañamiento, de ayudarlos con las tareas de la escuela, enseñábamos música, les enseñábamos herramientas que había en la ciudad. Por ejemplo les enseñábamos música, les llevábamos los instrumentos, les contábamos que por ejemplo, acá había educación pública como es la Escuela de Arte o la Escuela de Estética, que los papás no sabían, que podían llevar a sus pibes ahí y que hoy tuvieran una realidad diferente. Yo doy el ejemplo, mi hija hoy tiene 17 años. Yo la llevé a la Escuela de Estética y a la Escuela de Arte, a las dos. A los seis años un día llega de la escuela y me muestra que se había tocado en el piano una canción de la nada, porque le había enseñado otra compañerita. Y nosotros con esfuerzo con el papá le compramos un pianito y empezó, y hoy toca todos los instrumentos. Lo aprendió en una escuela pública. Entonces, ¡cómo le podés abrir a tu pibe la capacidad de tener más oportunidades! Porque a las oportunidades hay que darlas.

B.V.: Laura, ¿estás en conocimiento de si había controles, por lo menos hasta diciembre del año pasado, acerca del destino de los alimentos que se distribuían en los distintos comedores?

L.G.G.: ¿Te estás refiriendo acá o a nivel nacional?

B.V.: En lo que vos conozcas, si conocés aquí mejor.

L.G.G.: La verdad, no sé hoy. Sí sé que cuando estábamos en época de pandemia que sí bajamos muchísima mercadería. La verdad desde la organización nos ofrecían la posibilidad de entregar mercadería, pero nosotros preferíamos que cuando estaba la posibilidad de conseguir una herramienta para un proyecto productivo, que se bajara eso y lo pudiera manejar. Por ejemplo, bajamos máquinas de coser, que después había compañeras que podían hacer algo, producir y venderlo. Pero la mercadería que nosotros en ese momento optábamos por no traerla, cuando fue la pandemia la pusimos toda a disposición del gobierno municipal. Cuento esto para decir esta pregunta que vos me hacés. Como otras organizaciones que de hecho, del propio municipio, nos ponían a disposición la camioneta, de este gobierno actual, para poder traer la mercadería que después los listados los manejaba Desarrollo Social. Hacíamos una base de datos con las organizaciones sociales, de Desarrollo Social, Cáritas, otras organizaciones civiles de iglesias. En ese momento hubo como un relevamiento y de hecho hubo un trabajo en red en una mesa de trabajo en el municipio, donde se contaban la cantidad de comedores y merenderos que había, y la ayuda que había. En algún momento existió, después si se continuó con eso, la verdad no lo sé porque nosotros tuvimos un tiempo en el merendero y después, cuando vi que había abierto a la vuelta uno de la Iglesia y en la esquina había otro, yo entendí que había que hacer otra cosa porque en ese momento eso estaba cubierto, que no es el caso de hoy.

B.V.: Por supuesto, nadie puede oponerse a que se hagan controles, las auditorías que sean necesarias como para conocer el destino de los fondos o de los alimentos que se giran a los distintos comedores. Ahora, ese mismo ahínco, ese mismo interés, hay que ponerlo también en otros dineros que desde el Estado se han girado a otros sectores, por ejemplo a tasas muy bajas para la compra de determinados productos, etcétera, que fueron recibidos por sectores de muy buena posición económica, y sin embargo, ahí no se pone la lupa para ver si realmente los dineros se destinaron en lo que se pidió cuando se les otorgaron o no. Ahí me gustaría saber si todos esos dineros, dados por el Estado, a tasa baja a través de sus bancos, realmente cumplieron la función que debían cumplir. Pero bueno, hoy no tenemos la lupa puesta ahí sino que la tenemos puesta en los destinos de los dineros o alimentos otorgados a las clases más necesitadas. ¿Algo más que quieras agregar, Laura?

L.G.G.: Yo opino lo mismo que vos, yo creo que el control tiene que estar, porque siempre tenés en esto que decíamos de generalización. Siempre hay alguien que puede aprovecharse de la necesidad del otro. Por eso no me parece mal que el concejal pida informes y que audite, que mire las auditorías y que se controle. Y que si alguien hizo algo que no tenía que hacer, que le caiga todo el peso de la ley. Pero como vos decís, que también sea justo para todas las cuestiones donde hay manejo de dineros que vienen para determinada cuestión y después no se aplican. Estaría buenísimo porque mientras se pone el foco en esto, que yo entiendo que muchas veces mientras se habla de esto no hablamos de que cayó la capacidad adquisitoria de la persona con su dinero en el bolsillo, que el abuelo come menos. No se habla de esto y tenemos los titulares. Y también te pasa la otra: en los medios, la mayoría de los medios, y de hecho pasa acá también, se dicen cosas que se quedan con lo que se dice con la notita, que muchas veces no van a la fuente. Porque si yo te hablo del trabajo social que se hace desde distintas organizaciones, vos nunca vas a haber una nota real. Yo una vez que vi una nota en un medio importante de Balcarce, era hablando de un corte que se hacía en la ruta y daba a entender que eran organizaciones sociales de Balcarce, cuando era un corte en Batán. De esas, ¿sabés las que ha habido? O se ponía, me acuerdo puntual, que se había un allanamiento a una organización compañera. Nunca había pasado, era una nota vieja de hacía dos o tres años cuando ya la persona que en ese momento estaba, no estaba más al frente de la organización. Entonces esas cosas pasan y no es sin una intención. Hay una intención de desviar la atención de las cosas importantes, como que la gente pueda comer.

B.V.: Laura Gómez Giorlando, referente de la Organización Social “Nuestra América” de Balcarce. Te agradecemos mucho desde Balcarce Vox por este contacto y bueno, te proponemos renovarlo en otra ocasión.

L.G.G.: ¿Me dejás decir una cosita que me acordé? Cuando dijiste que las partidas que por ahí se sacan de lugar. Nosotros por ejemplo, y otras organizaciones, asistíamos al Programa ProHuerta. Es un programa nacional por el cual INTA entregaba semillas para que la gente pudiera producir su huerta en casa, huertas comunitarias y demás. Esa partida no está más. Dejó de existir el ProHuerta. El otro día tuvimos la última entrega, que se hacían capacitaciones con ingenieros, y la verdad que el acompañamiento de INTA a la gente es genial, porque ellos entienden la importancia de que vivimos en una ciudad donde cae una semilla y brota sola. Bueno, se quitó esa partida, pero como vos decís se va a otro lado que después no sabes qué pasa. Hay muchas más cosas de las que la gente puede ver, y eso es una lástima. Son muy buenas propuestas que se pierden.

B.V.: Así es, quitar la semilla, es quitar alimento también.

Tal cual, y que la gente vos le decís “che no hacés nada para comer” y se está haciendo una quintita en la casa. ¿Sabés la cantidad de gente mayor que va a buscar una semilla para poder tener una ayuda más en su casa?

(Agradecemos colaboración de Radio Sudestada).

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