Con motivo de seguir malvinizando, alumnos de la Escuela Secundaria Nº211 propusieron que el establecimiento educativo lleve el nombre del soldado balcarceño. En esta misma sintonía, dos escuelas secundarias de Mar del Plata también determinaron elegir a otros excombatientes caídos en la guerra de 1982.
Si bien la ordenanza establecía que la Secretaría de Educación determinaría el nombre que se asignaría a cada establecimiento, se abrió la participación a las propias comunidades educativas.
La decisión se tomó en el marco de la Ordenanza 25.949 sancionada a comienzos de 2023, donde se resolvió imponer el nombre de veteranos de la guerra a instituciones educativas bajo la órbita municipal que aún no estén bautizadas. En dicha normativa se dispusieron taxativamente siete nombres, en ellos los de Llamas, Busto y Bellinzona.