Declaración de APDH -Regional Balcarce-, a 47 años del golpe genocida

Violentando su misión principal, 47 años atrás las Fuerzas Armadas Argentinas usurparon el gobierno nacional y los gobiernos provinciales y municipales. Lo hicieron con la complicidad de las fuerzas de seguridad y la adhesión y compromiso de poderosas y tradicionales entidades empresarias, cúpulas religiosas e influyentes medios de comunicación y persuasión.

Para proteger y contentar a los sectores dominantes, la dictadura buscó disciplinar y subordinar a la clase obrera, especialmente mediante la represión y la desindustrialización del país. 

Planificó y ejecutó un genocidio contra la vanguardia de trabajadoras, trabajadores y jóvenes que no se resignaban a las imposiciones del capital internacional concentrado y que resistieron la sumisión y la entrega nacional.

La dictadura transformó la economía argentina en favor de los sectores locales más poderosos y del sector financiero nacional e internacional.

Logró el absoluto control del Estado y con ello aseguró y consolidó la posición de la fracción de la oligarquía diversificada, en detrimento de otras fracciones y sectores populares.

Las Fuerzas Armadas, convertidas en instrumento del imperialismo norteamericano en la región, apelaron al uso sistemático de la violencia estatal para el amedrentamiento de la población en general y la eliminación de los adversarios políticos, a través de diversos mecanismos represivos, como medios de disciplinamiento social y político, para lo cual instauraron una política de terror, represión, secuestro, tortura y la desaparición forzada de personas de forma sistemática y generalizada.

Durante más de 7 años las Fuerzas Armadas y sus cómplices sojuzgaron, reprimieron, endeudaron, engañaron y empobrecieron al pueblo argentino. 

Secuestraron y desaparecieron a 30.000 seres humanos; quitaron la identidad a centenares de recién nacidos; provocaron el exilio de centenares de miles; prepararon una guerra contra la dictadura chilena; estatizaron la deuda de decenas de empresas privadas; enviaron a cerca de 14.000 jóvenes a la guerra de Malvinas, 649 de los cuales murieron allá, y 350 se suicidaron después. 

Pasaron casi 5 décadas. Poco más de mil represores fueron juzgados y condenados. Buena parte de ellos gozan hoy de la prisión domiciliaria. Otros fallecieron impunes. 

La justicia llegó a un millar de uniformados, a muy pocos civiles, a escasos magistrados y a contados eclesiásticos. Luego de tantos años, aun resta concluir varios juicios y comenzar otros.

Nuestra democracia nació condicionada. 47 años después aún lo está.

Los poderes económico, financiero, mediático y extranjero que contribuyeron a tumbarla en 1976, están hoy más fuertes que entonces. Suman ahora a parte del poder judicial.

Sectores autoritarios y antidemocráticos, con apariencia republicana, a ellos ligados, vuelven a mentir y a engañar con el objeto de colonizar mentes. 

Sectores autoritarios y antidemocráticos alientan un individualismo reaccionario, fagocitando el libre mercado, compuesto por políticas neoliberales de ajuste opuestas a la justicia social. 

Sectores autoritarios y antidemocráticos profundizan su rechazo a las políticas y minorías de género, promueven el odio racial y bregan por una alianza con grupos religiosos con valores profundamente conservadores e imperativos.

Utilizan a las redes sociales para atrapar inocentes y a confusos usuarios. Para lograr su adhesión aparentan rechazo al narcotráfico, a la asistencia social y a la corrupción.

Ellos expresan conceptos simplones. No acuden a la razón. Apuntan a la emoción.

Ellos son la derecha extrema, y parte de la que no lo es tanto. 

Van implacablemente contra las personas que se atrevan a resistir a sus intereses y contra los lideres populares capaces de organizar a las masas de la resistencia.

Promueven el negacionismo y la reivindicación de la represión, y otra vez amenazan a esta democracia, tal como lo hicieran antes de las tragedias de 1976, de 1955 y de 1930.

La derecha extrema, y parte de la que no lo es tanto, continúan avanzando en nuestra América y en Europa. Para ella, la democracia es aceptable sólo si sirve para mantener y acrecentar al poder económico instituido. Si así no ocurriere, entienden a la democracia como populismo demagógico. 

Nuevamente desde la Regional Balcarce de la APDH expresamos nuestra preocupación sobre el presente de la Argentina, de Latinoamérica y de buena parte de la humanidad, y reiteramos nuestra inquietud sobre su futuro, ensombrecido por el avance de esos sectores todavía minoritarios, pero capaces de vencer y convencer a buena parte de los pueblos. 

No queremos revivir aquel pasado cruel, con personajes semejantes, de mejor apariencia. Ansiamos un presente con plena vigencia del Estado de derecho y una justa distribución de recursos. Queremos un futuro con mas y mejor democracia.

A 47 años del golpe genocida, recordamos el sacrificio de vida y compromiso por la igualdad de nuestras compañeras y compañeros detenidos desparecidos.

“Nunca más la dictadura. Nunca más el terrorismo de Estado”

¡¡¡ Memoria, Verdad y Justicia para defender la democracia !!!

30.000 compañeras y compañeros desaparecidos: Presentes !!!!!

Balcarce, 24 de marzo de 2023.

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