Busca a su familia en Balcarce tras ser víctima de tráfico de bebés

Su nombre es Laura Louzau, nació en 1967. En el año 2001 su padre le confiesa que no es su hija biológica, tampoco de su madre, quien había fallecido cuando Laura tenía 17 años. Con el paso del tiempo, Laura descubre que al igual que muchas personas en Argentina, fue víctima de tráfico de bebés. Un sistema criminal que involucró a parteras y médicos que se remonta a mediados de la década del 60. Desde hace 34 años continúa con la búsqueda de su identidad y la esperanza intacta de conocer la verdad sobre su madre biológica.

"El día que mi papa me dijo que fui adoptada se desmoronó mi vida, nunca lo intuí, pero siempre veía que no era parecida a mis hermanos. Recuerdo que mi mamá me decía que siempre quiso tener una hija, que cuando llegué a su vida sintió que era su regalo más preciado en el mundo, todo fue una mentira bien cubierta que duró 34 años", relató a El Diario Laura.

A partir aquella revelación, comenzó la búsqueda de la verdad, de su historia, su origen y muchísimos interrogantes sobre su madre biológica. "No sé si fui abandonada, o mi madre fue engañada, tampoco en qué condiciones me entregó y por qué nunca hallé respuestas. Laura insistió durante muchos años buscando datos a través de su padre y de sus familiares, pero la respuesta era siempre la misma, su madre se había manejado siempre con mucho silencio. "La primera vez que le pregunté a mi papá sobre los papeles de adopción me respondió que no hubo papeles, que me anotaron directamente como su hija biológica. El siempre respondía que lo único que hizo fue buscarme en la dirección que figura en mi partida de nacimiento, en una zona de Capital Federal, y del resto se ocupó mi mamá. 'Se llevó el secreto a la tumba' me decía".

"Hace dos años y medio retomé la búsqueda, se me dio por googlear el nombre de la partera y descubro, mediante una noticia, que formaba parte de una organización que traficaban bebés". 'Las parteras del horror' así se titula el artículo de la Nación en donde Laura encontró el nombre de Gregoria Agra de Pasini, quien firmo certificados de nacimientos apócrifos entre los años 1962 y 1983. "Me largue a llorar, primero por lo que me generó el título de la noticia, pero por otro lado llore de emoción porque ahora sabía que muchas personas compartían mi situación. Soy parte de los tres millones de personas que han sido apropiadas ilegítimamente en Argentina y que buscan su identidad biológica", indicó Laura.

"La Conadi y el Banco Nacional de Datos Genéticos sólo atienden casos de personas apropiadas nacidas durante la dictadura, por lo que estos buscadores que habían iniciado este camino antes que yo, me sugirieron que me hiciera un estudio de ADN privado ("Family Tree"). Estos resultados se suben a distintas páginas de búsquedas Genealógicas. Gracias a ello, encontré en "My Heritage" a una prima tercera, que es de Mar del Plata".

"Tomé contacto con ella el año pasado y le empecé a contar mi historia de a poco, se quedó sorprendida cuando en una de las charlas al fin le revelé todo. Coordinamos un día para viajar a Mar del Plata y conocernos, cuando llegué, ella y toda su familia me recibieron con mucho amor, me sentí literalmente como de la familia. Estoy muy agradecida por haberlos encontrado, porque es el primer contacto que tengo con alguien de mi sangre".

Laura relató que la búsqueda continuó con la ayuda de su prima, quien tiene más conocimiento de quienes podrían ser los parientes directos de su madre biológica. "Hace dos semanas nos reunimos de nuevo en Mar del Plata y me contó que el resultado me vincula con una parte de la familia, como descendiente de Emilia Villarreal, casada con Ángel Méndez o Juana Villarreal casada con Antonio Giestra y me lleva a la búsqueda de familiares o descendientes de ambas". Laura tiene indicios de que sus parientes deberían tener en su historia familiar los apellidos Villarreal, Méndez o Giestra cuyos orígenes se remontan a las localidades de Balcarce, Necochea, Tandil, Olavarría, Lobería, Azul y Mar del Plata.

Laura tiene 55 años, y la esperanza de que su búsqueda se visibilice para así completar su historia. "Me gustaría encontrar algún familiar más cercano, que pueda contarme un poco de mi historia. Sé que es un tema delicado, pero no tengo nada que perder, voy a aprovechar estos pocos datos que tengo y quizás encuentro algún familiar que decide contarme que fue lo que pasó. No intento reprocharle nada a nadie, solo quiero saber mi origen y que pasó con mi mamá", concluyó.

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