El Directorio Ejecutivo del FMI, controlado por las potencias del G7, aprobó un Acuerdo de Facilidades Extendidas (EFF, según sus siglas en inglés) para la Argentina, que le permitirá al país obtener una nueva línea de financiamiento de “acceso excepcional” casi cuatro años después del crédito que recibió el gobierno de Mauricio Macri, el más grande en la historia del organismo, bajo condiciones similares.
Los fondos frescos se utilizarán para reforzar las reservas –la semana próxima llegará un giro de casi 10.000 millones de dólares– y afrontar los vencimientos de ese préstamo. El período de repago es de 10 años, con un período de gracia de 4 años y medio, lo que implica que la Argentina comenzará a pagar la deuda a partir de 2026 y hasta 2034.
El nuevo acuerdo, el 22º en la historia de la Argentina y el Fondo, fue diseñado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el staff del organismo con el objetivo primordial de comenzar a atacar uno de los problemas más urgentes del país, la alta y persistente inflación.
El núcleo del plan es una reducción paulatina y gradual del déficit fiscal hasta equilibrar las cuentas públicas en 2025, disminuyendo el financiamiento monetario del Tesoro, ampliamente visto como una de las causas principales del fuerte aumento de los precios.
El ajuste fiscal se concentrará en el recorte de los subsidios a la energía, que tendrá como contrapartida un aumento en las tarifas de la electricidad y del gas a los hogares de mayores ingresos del país.