El PJ local repudia los disturbios del 9 de julio

LA PATRIA NO SE CONSTRUYE CON INTOLERANCIA A LOS TRABAJADORES

En la jornada de ayer 9 de julio, Día de la Independencia Argentina, fuimos testigos de actitudes que empañan cualquier tipo de manifestación popular, como la que se pretendió organizar reuniendo a vecinos y vecinas en el centro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para expresar su descontento hacia las medidas de aislamiento, producto de la pandemia que afecta no sólo a nuestro país sino al mundo entero.
Lo que podría haber sido una muestra pacífica dentro de los límites democráticos que aseguran la libre expresión de ideas, devino en una debacle con tristes demostraciones de un odio infundado mediante las cuales periodistas y personal técnico de algunos medios de comunicación sufrieron desmanes por parte de algunos de los manifestantes reunidos allí, además de todo tipo de insultos y de agresiones físicas.

Tal como dijo alguna vez Arturo Jauretche, “la multitud no odia, odian las minorías: porque conquistar derechos provoca alegría, mientras perder privilegios provoca rencor”. Claramente esa multitud enardecida actúa azuzada por irresponsables personajes de la política berreta, quienes merecen el mayor de los repudios por poner en peligro las Instituciones del sistema democrático con mensajes que no la hacen bien a nadie, salvo a unos pocos, y desconociendo –casi- que como figuras públicas también forman parte de él.
Desde un sector de la oposición hace unos días emitieron otro tremendo comunicado totalmente irresponsable, y debido a la velocidad de los hechos y la realidad que nos tiene apesadumbrados en este período tan complicado, esas declaraciones parecen haberse desvanecido en el olvido. No podemos dejar pasar inadvertidas estas posturas verdaderamente peligrosas.
A pesar de que jamás dejaremos de velar por los derechos y por el bienestar de las mayorías argentinas, no somos revanchistas. Hacen –e hicieron- cuanto pudieron para denigrar a nuestro movimiento con un cúmulo inenarrable de calumnias, logrando sólo confundir y enardecer a la sociedad. A pesar de eso, exhortamos una vez más a todo el arco político a detenernos en pensar qué clase de sociedad queremos, y a trabajar pacíficamente pensando en qué porvenir pensamos dejarles a las generaciones futuras. Todos y cada uno de quienes tenemos responsabilidades políticas en nuestro país gozamos del privilegio de poder aportar desde cada sector lo mejor para lograr una comunión, donde lo único que importe sea la felicidad de nuestra Patria.
Tal como lo aseguró el Presidente Alberto Fernández en el acto por el Día de la Independencia, “venimos a terminar con los odiadores seriales”. Les pedimos una vez más un esfuerzo para trabajar por el bien común de nuestro pueblo, olvidando los viejos resentimientos que a lo largo de nuestra historia –indiscutible- sólo dejaron huellas de dolor y sufrimiento.
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