El tilingo ante el Movimiento Atahualpa y los reclamos sociales

(Opinión) Paty Ponce
Hace más de 50 años, Arturo Jauretche habló del “tilingo”.

   El tilingo es la persona de opinión simple, vacía, contundente y falta de argumentos sostenedores.

   El tilingo siente rechazo por la protesta social, por los políticos, por las huelgas, por los melenudos, por los sindicalistas, por las madres del pañuelo, por los actores progresistas,  …  y por tantos mas.

   Al tilingo le fastidian los sindicatos que protegen los derechos del trabajador, pero le agradan las entidades que representan los intereses económicos.

   Al tilingo le molestan las marchas,  pero le agradan las procesiones.

   Al tilingo le fastidian los partidos políticos, pero le sientan bien los Bancos.

   Al tilingo le desagradan notablemente las organizaciones sociales compuestas por pobres.

   También le desagrada que los pobres se organicen.

   El tilingo destruye con placer a toda persona que se haya atrevido a organizar a los pobres.

   Al tilingo le fastidian la CTA, la CCC, el Barrios de Pie, y toda cuanta otra organización de base se movilice.

   Al tilingo también le molesta el Movimiento Social Atahualpa.

   El último miércoles,  un grupo representativo de Atahualpa se manifestó delante de las oficinas de Anses en Balcarce.

   Allí entregaron un Petitorio frente a la “Situación de hambre y desigualdad”

   La palabra “hambre” altera al tilingo, y la palabra “desigualdad” le enerva. “Son palabras de vagos”, dice.

   Los miembros de Atahualpa solicitaron un aumento del salario social complementario. Y el tilingo se enojó. Sólo acepta que se eleve su asignación familiar de trabajador formal, su jubilación, o su sueldo.

   Los miembros de Atahualpa pidieron un incremento del 40 % en las meriendas y el almuerzo para los comedores. Y el tilingo se ofuscó. Cree que los chicos que almuerzan o meriendan  en los comedores deben alimentarse en septiembre con los precios de mayo. Y si no le alcanza … allá ellos y sus padres que los concibieron.

   Los miembros de Atahualpa pidieron un bono de dos mil pesos para el sector de la economía popular. Y el tilingo se brotó. Pero nada dijo el tilingo cuando se enteró que el Estado nacional paga casi dos mil  millones de pesos por día en concepto de intereses por préstamos de dineros que al pueblo no llegan.

   Los miembros de Atahualpa pidieron que continúen los planes sociales. Y el tilingo se espantó. Pero nada dijo el tilingo ante la condonación de deudas a las grandes empresas energéticas,  o ante los subsidios a las petroleras y a los grandes empresarios.

   Los miembros de Atahualpa pidieron instrumentar la ley de emergencia alimentaria. Y el tilingo se fastidió.

   El tilingo dice que mucho le importa la vida de cada niño, pero se molesta si el Estado abona la Asignación Universal para que cubra algunas de sus necesidades básicas.

   El tilingo pide libertad de expresión, pero reniega cuando las expresiones no son de su agrado.

   El tilingo pide mano dura, pero sólo acepta que esa mano caiga sobre los demás, y en verdad sólo sobre una cierta parte de los demás. Prefiere los palos a las poesías.

   El tilingo clama paz, pero despide odio. Clama armonía, pero genera división. Clama orden, pero genera autoritarismo y desigualdad.

   Al tilingo le gusta hablar de solidaridad, pero le desagrada que la ejecute el Estado.

   Al tilingo le gusta hablar de obligaciones, pero no de derechos.

   El tilingo califica a los pobres que reclaman. Les llama: “vagos”,  pero pasa sus horas navegando livianamente en las redes.

   El tilingo pretende que el pobre sea pasivo, y cuanto mas sumiso, mejor.

   El tilingo añora los tiempos de la espada y la cruz. Y de paso los del rigor.

   El tilingo no quiere a los humildes en la calle. Los quiere guardados.

   El tilingo detesta al obrero informado, a la mujer empoderada  y al maestro en lucha.

   El tilingo los quiere callados, y si es posible en la capilla, en el templo, o en el cuartel.

   Al tilingo le disgustan algunas palabras : “igualdad”, “represión”, “derechos”, “imperio”, “populismo”, “memoria”,  “raciocinio” , “distribución”, “rebeldía”, “justicia social”,  “democracia”, y tantas otras.

   El tilingo dice amar el trabajo, pero apoya a los que generan desempleo.

   El tilingo culpa a los beneficiarios de planes sociales de la crisis del país, pero jamás menciona a los Bancos, a los acaudalados, ni a las diferentes corporaciones económicas.

   El tilingo se brota cada vez que oye hablar del Movimiento Atahualpa.

   El tilingo cree formar parte de una clase social que le queda grande.

  Muchas veces, también el tilingo es pobre. Y la tilinga también. Pocas veces lo asumen.

   Los miembros de Atahualpa Balcarce trabajan en espacios públicos, comedores, merenderos, escuelas y otros lugares.

   Recordaba Arturo Jauretche una expresión de cierta gente:   “ Lo que pasa es que los obreros no producen” …. , y acotaba inmediatamente :  “ Ahí está el tilingo “  …  “ No se le ha ocurrido averiguar qué es lo que él produce ”.

   Tal vez, sólo produzca tilinguerías.
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