"La realidad en Venezuela es mucho peor de lo que se ve por televisión",se vive con hambre y miedo

La crisis que vive Venezuela hace que todas las miradas estén centradas en ese país. Las versiones de lo que allí sucede son muy dispares, variando significativamente según el medio que las difunde, pero nadie puede negar que el país está inmerso en una situación crítica.

Más allá de los comentarios y las filmaciones que llegan por diferentes canales periodísticos,

El Diario dialogó con una balcarceña que vivió hasta hace no mucho tiempo en aquel país donde padeció y aún hoy padece las consecuencias del régimen impuesto por Nicolás Maduro, ya que pese a haber regresado a su Balcarce natal, su esposo, venezolano está en ese país y hasta el momento no puede salir para, como es su intención, rehacer su vida en común en la Argentina.

María Ester nació y fue criada en Balcarce, aunque hace varios años se radicó en Mar del Plata donde estudió enfermería y trabajó allí durante 12 años en una clínica privada.

En 2010 conoció por Internet a Alexander Oviedo Hernández, un venezolano con quien entabló una relación que se transformó en noviazgo cuando él pudo viajar a nuestro país. Reiterados viajes afianzaron la relación y en 2012 María Ester renunció a su trabajo, viajó a Venezuela donde se casaron e iniciaron su vida en común.

Alexander trabaja en su país como enfermero y María Ester tuvo oportunidad de conseguir trabajo de su profesión en dos clínicas privadas.

"Ya por entonces, en 2012, pese a contar con tres sueldos como ingreso apenas el dinero alcanzaba" señala, aunque por entonces no imaginaba lo que pasaría a futuro.

Viajar a la Argentina se fue haciendo cada vez más complicado, los pasajes allí eran imposibles de afrontar por lo que solo dependiendo de que alguien desde acá los pudiera sacar podían viajar.


"SE VIVE CON HAMBRE Y CON MIEDO"

Radicados en Caracas, cerca del Palacio Miraflores, María Ester pudo vivir muy de cerca todos los cambios que se fueron dando con el correr del tiempo.

"Cuando fui la primera vez a conocer la familia de mi esposo todavía había cosas en las góndolas, pero ahora están peladas y hay que hacer colas kilométricas para poder conseguir algo. Lo que se ve por televisión es poco al lado de la realidad. Las muertes son una constante. La guardia nacional tanto apalea como mata a la gente, disparan con bombas lacrimógenas al pecho", narra la balcarceña que regresó a nuestra ciudad por razones familiares mientras su esposo quedó en Venezuela.

No obstante los viajes fueron frecuentes y Alexander alternó su vida entre ambos países.

El conocer "de primera mano" lo que sucede a diario en la tierra bolivariana sumado a lo que vivió en carne propia durante los tres años que permaneció allí le permiten hablar con fundamentos sólidos de lo que es vivir en medio de una crisis extrema.

"Vivíamos, como dije, cerca de Miraflores. Y era estar todo el día escuchando disparos, los llamados "colectivos", estaban y continúan estando cerca de nuestra casa y resulta aterrador vivir en medio de ese caos", señaló remarcando que "se vive con hambre y con miedo" aclarando que por otra parte la delincuencia es cada vez mayor.

"Alas 6 de la tarde hay que encerrarse porque te roban, te matan por lo que tengas, hasta por las bolsas de comida. La gente vive rezándole a Dios. Cuando se sale a la calle cada venezolano te da la bendición…Es que uno sale pero no sabe si vuelve", sentenció.

Capítulo aparte son las peripecias para conseguir un medicamento, pan u otros alimentos indispensables, para lo que deben hacer colas interminables (de entre 4 y 5 horas), e incluso viajar a otras ciudades, contar con dinero que para los trabajadores son sumas a veces siderales y aún teniéndolas muchas veces no se consiguen.

"LA PACIENCIA DE LA GENTE SE AGOTA"

Al consultarle sobre la ideología de la familia de su esposo, dijo que "talvez fueron en un principio simpatizantes del chavismo pero con el paso del tiempo han visto la realidad y hoy son opositores. Creo que se han sacado la venda de los ojos".

María Ester confiesa que antes de decidir ir a vivir allí imaginaba que no sería fácil la vida en Venezuela, pero de todos modos era lo que había elegido y a lo que tuvo que renunciar por la salud de su madre, que fue lo que la trajo de regreso a nuestro país.

De todos modos, reconoce que Venezuela "es un país hermoso y con gente muy cálida, " que no merece tener que vivir como viven actualmente".

La paciencia de la gente se agota , según sostiene María Ester, quien dice que los adolescentes "ya están dando muestras de estar dispuestos a todo para que esto termine".

" Los venezolanos éramos felices y no lo sabíamos" es allí una frase común hoy en día, la gente va sacándose la venda de los ojos y descubre todo lo que tenía a su alcance en algún momento y de a poco fue perdiendo y ahora quiere recuperar aquel paraíso perdido.

Claro que -señala- aún están los fanáticos y aquellos que por conveniencia permanecen volcados al régimen de Maduro para el que muchos trabajan y del que por lo tanto dependen obteniendo grandes privilegios.

" Yo por ejemplo vi que en una institución del gobierno bajaban bolsas de comida me acerqué a preguntar si podía comprar, a lo que me respondieron que no porque era solo para la gente que trabajaba ahí", precisó para marcar las diferencias que brinda el "pertenecer".

En medio de todo lo que le tocó vivir, asegura que lo que más le golpeó fue el tener frente a frente la muerte casi en forma constante, viendo en la calle los cuerpos de gente que resultaba víctima tanto de las bandas de delincuentes como de los grupos gubernamentales, que no respetan a chicos ni a grandes.

La pregunta del final fue si luego de ver todo lo que vio y vivió considera que en algún momento estuvimos en camino a ser Venezuela. La respuesta fue más que contundente:

"Estoy en un ciento por ciento convencida de que íbamos derecho a ser Venezuela 2 o Cuba 3".


El reencuentro, demorado

María Ester sueña con el momento del reencuentro con Alexander. Tiempo atrás él tramitó su jubilación para poder venir a radicarse definitivamente en Balcarce.

Ante la imposibilidad de comprar el pasaje en su país, fue ella quien lo adquirió en Argentina.

El sábado próximo saldría el vuelo de Aerolíneas Argentinas que lo traería de regreso a nuestro país.

Ayer, Aerolíneas Argentinas anunció que suspendía los vuelos con Venezuela por "seguridad", lo que echó por tierra (al menos por el momento) la ilusión del reencuentro.

"Rezo para que (Alexander) pueda salir y que caiga el gobierno porque esa gente no merece estar viviendo como está", deslizó María Ester, a poco de conocer la triste novedad.

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