El edificio de la exclínica se valuó en 1 millón de dólares.
Isabel Ester Bedoy era parte de un numeroso grupo de trabajadores que hace casi una década se quedó sin trabajo por el cierre de la Clínica Balcarce. En la primavera de 2006, la caída del mencionado centro de salud comenzaba a concretarse, con la renuncia de parte de su directorio, -avalada por el poder Ejecutivo de ese entonces-, “en aras de la preservacion de las fuentes de trabajo y salud de la poblacion”, según describían los doctores en un comunicado difundido por la prensa local.
La irregular administración del lugar no impidió serios conflictos con el personal y el sanatorio finalmente entró en convocatoria de acreedores para clausurar sus instalaciones. Con más de sesenta días de paro en el historial y hasta empleados que se encadenaron frente al inmueble, casi un año después, en julio de 2007, la Justicia determinó finalmente decretar su quiebra, habilitando el proceso de liquidación de activos para poder cancelar las deudas existentes con los acreedores.
Fue allí que el abogado radical Esteban Reino, actual titular del Concejo Deliberante, asesoró legalmente a los exempleados. Con el correr del tiempo, circularon varias versiones y hasta se llegó a elaborar una lista de los trabajadores que volverían al sanatorio en el caso de que reabriera por la llegada de un nuevo grupo inversor.
Sin embargo el tiempo pasó y Bedoy, que había ingresado a trabajar en la clínica en 1984, recibió una oferta indenmizatoria que ascendía “nada más que a 70 mil pesos”. Según contó en diálogo con 0223, “de los 40 trabajadores que quedaron en la calle, hubo algunos que en la desesperación llegaron a cobrar 33 mil pesos, en tres cuotas y con un 20% que se lo llevaba el abogado”.
La indignación de Bedoy la llevó a cambiar de representante “junto a seis o siete excompañeros más” y a enviar una carta documento a Reino por mala praxis. La demanda podría caducar pasada la década y para la mujer, directamente el actual candidato a intendente “estaba esperando que pasen esos 10 años”.
En la actualidad, continúa el proceso judicial contra las exautoridades de la clínica, hoy sellada en todo su frente con grandes maderas, ubicada en calle 16 y Del Valle, a metros de la Municipalidad. Paralelamente, según publicaciones periodísticas de 2014, un profesional se habría interesado en levantar esa quiebra para desarrollar un emprendimiento privado. Nunca quedó del todo claro si era para reabrir la clínica o bien tenía la intención de lanzar algo lejano al rubro de la salud. Sobre el histórico y polémico edificio, no pesan únicamente los juicios de empleados por falta de pago y cargas sociales, también hay deudas con la Afip y su valor como inmueble se tasó en 1 millón de dólares. Fuente:0223.com
