La obra mostró un arduo trabajo en cada detalle: actuaciones perfectas, voces increíbles, vestuario impecable y una escenografía que acompañaba adecuadamente la historia. Además coordina muy bien la actuación, el canto y la producción con la música de Angel Mahler y textos de Cibrián.
Si bien en la obra se trabajó muy bien con los recursos técnicos, es excelente la participación de los tres actores principales de la obra. Por un lado, la rubia Mireilla, Gabriela Bevacqua, quien emociona hasta las lágrimas con su actuación, haciendo un personaje con una delicadeza increíble, agregándole una tonada bien arrabalera.
Después está Damián Iglesias, quien es el encargado del papel de Alfredo, un enamorado eterno de esta rubia que se convirtió en un personaje mítico dentro del tango y del arrabal porteño. Y la tercera parte de la actuación la da Leandro Gazzia, encarnando el papel de Miguel, el amigo de la heroína de esta historia.
La obra trata temas profundos. Utiliza un personaje mitológico del tango, pero lo hace de manera profunda, con temas quizás actuales.
Una obra que muestra maltrato, drogadependencia, trata de personas y por el otro amor, el amor eterno que se puede dar entre dos personas.