La muestra aborda el tema del ferrocarril, Paola desde la fotografía y Pablo desde la historia. Durante el mes de febrero del año 2011 los hermanos Fontana han recorrido el Tren Patagónico y los pueblos de la Línea Sur comprendidos en su transitar entre las ciudades de Viedma y San Carlos de Bariloche, atravesando a la Provincia de Río Negro desde el Mar Argentino hasta las montañas de la cordillera andina
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Entre esos dos extremos sobreviven ciudades y pueblos a modo de oasis en los paisajes de la estepa norpatagónica. Antiguas estaciones para las que no pasa el tiempo y apeaderos corroídos constituyen las escenografías atravesadas por un ferrocarril que continúa en servicio drenando vida a estos pueblos de baqueanos, ferroviarios y pulperos en los que confluyen culturas indígenas, europeas y de Oriente Medio.
Casi desconocido a nivel nacional, se trata de uno de los ramales de larga distancia que sobrevivió al desguace privatizador y que sigue brindando un servicio turístico para los viajeros, y a la vez es imprescindible para quienes habitan su recorrido, debido a la ausencia de un transporte automotor económico y eficaz.
Como un universo en movimiento, cada formación comprende una multiplicidad de espacios transitables con vagones en los que conviven curtidos arrieros con turistas y el polvo de la estepa.
