“Hasta que el Gobierno no convoque y construya un ámbito de negociación con la parte que representamos los intereses del mundo del trabajo, no estaremos de acuerdo con ninguna reforma regresiva”, sostuvo el dirigente gremial, que además es titular del Sindicato del Vidrio (SEIVARA).
En declaraciones radiales, Jerónimo rechazó la idea de que la CGT se opone sin conocer el contenido de la iniciativa y explicó que la información que manejan sobre los puntos de la reforma proviene de “bufetes de abogados del sector empresarial”.
“Son totalmente regresivos, y creemos que no acompañan a lo que supuestamente estaría apostando el Gobierno, que es a impulsar el crecimiento del trabajo con la incorporación de empleo formal”, afirmó. Luego expresó preocupación por la situación económica actual: “Lo que estamos viendo en los últimos días va a contramano de eso: hay cierre de empresas, pérdida de puestos de trabajo y estamos en un momento crítico de la industria”.
Jerónimo subrayó que “la desindustrialización que está sufriendo hoy la Argentina es preocupante” y la atribuyó a la “profunda recesión y la falta de consumo” que afectan a las pequeñas y medianas empresas. “Creemos que podemos aportar en la discusión. El mundo del trabajo tal como lo conocíamos ha cambiado”, señaló, e indicó que se debe abordar la posibilidad de generar “formas o regímenes que permitan incorporar a la formalidad a trabajadores”.
Sin embargo, destacó la importancia de los convenios colectivos como una “herramienta e instrumento que hasta acá ha funcionado muy bien” y citó como ejemplos “exitosos” los acuerdos alcanzados en los sectores del petróleo y la industria automotriz.
Por su parte, Jorge Sola, otro de los cosecretarios de la CGT, ratificó que la central obrera no recibió ningún borrador de la iniciativa y advirtió que la falta de comunicación con el Ejecutivo genera preocupación. “¿Será cierto que está redactado? Nosotros no sabemos nada y ante la falta de noticias certeras podemos pensar cualquier cosa”, manifestó en una entrevista televisiva.
“Si una institución como la CGT o los empresarios no tienen noción directa sobre lo que se está escribiendo, la verdad es que es un problema. Para la clase política es un gran problema, que dice tener la solución, cosa que dudo notablemente”, concluyó.
Fuente: Diario Popular
