“No hay negociación que deba condicionar algo de esta importancia”, insistió Kicillof, acompañado por la vicegobernadora Verónica Magario. Y agregó: “No estamos pidiendo fondos extraordinarios ni tomando deuda para obras faraónicas. Nada diferente a lo que piden las provincias para sostener su financiamiento. Esto debería ser un trámite”.
El mandatario señaló que el financiamiento solicitado “no es para nueva deuda, sino para obtener los recursos necesarios para atender los vencimientos: parte del año pasado, cuando no tuvimos las leyes, y parte de este año, donde se concentran los pagos”. Luego aclaró: “La deuda no va a subir ni bajar, va a mantenerse en los niveles actuales”.
Si bien el endeudamiento contempla un fondo a distribuir entre los municipios por el equivalente al 8% del total de los recursos que provengan de la ley —estimado en 350 mil millones de pesos—, Kicillof anunció que “como los municipios necesitan certidumbre, hemos resuelto garantizar aproximadamente 250 mil millones de pesos en cinco pagos fijos y determinados por la ley, para que cada intendente pueda contar con esos recursos”.
“Eso, más allá del nivel y volumen que alcance la colocación de deuda”, aclaró.
En su discurso, el Gobernador denunció un “intento de asfixiar a las provincias” por parte del presidente Javier Milei y afirmó que Buenos Aires sufre “incumplimientos sistemáticos” en el envío de transferencias automáticas y no automáticas. “El robo a la Provincia es de 13 billones de pesos, o U$S 9.000 millones. Milei también nos quitó U$S 2.500 millones de recaudación”, puntualizó, y recordó que su administración presentó múltiples reclamos ante la Corte Suprema.
Kicillof describió además un escenario de “profunda recesión” y enumeró sus efectos en el territorio bonaerense: “La industria cayó 10%, la construcción 25%, el comercio 8%. Hay 1.000 obras frenadas, se perdieron 5.000 empresas y 172.000 puestos de trabajo. Aumentan los despidos, las suspensiones y las familias se endeudan porque no les alcanza la plata, en un contexto de tarifas en alza”.
“Mientras hay una fiesta en el mundo financiero, en los barrios la vida se vuelve cada vez más difícil”, concluyó.
Fuente: Diario Popular
