Mientras el proyecto continuaba su debate en el Congreso nacional, los gremios locales advirtieron que se mantendrían en estado de alerta y movilización permanente ante cualquier desarrollo legislativo. Horas más tarde, cuando se conoció que el Senado había resuelto firmar un dictamen y postergar el debate hasta febrero, los participantes del encuentro celebraron la noticia.
“Se cayó la posibilidad de hacer la discusión rápida como el gobierno quería. La lucha marca caminos, a no caer y a estar en alto como organizaciones gremiales”, expresaron los dirigentes sindicales al conocer la postergación de la reforma.
La postergación del debate hasta febrero otorga a las organizaciones gremiales un respiro temporal para organizar sus estrategias de resistencia y movilización, manteniendo la presión sobre los legisladores nacionales para que rechacen una reforma que, según los sindicalistas locales, representa un retroceso histórico en materia de derechos laborales y protección de los trabajadores.
