A pesar de la lluvia persistente, los terrenos barrosos y los caminos sinuosos, la competencia se desarrolló con normalidad, congregando a más de setenta parejas de distintas localidades en el tradicional anfiteatro del Cerro “El Triunfo”, punto de partida de un recorrido desafiante y lleno de emociones.
Para la Escuela, fue su segunda participación en el evento. La experiencia resultó enriquecedora tanto para quienes ya habían afrontado el desafío, como para los nuevos participantes, quienes enfrentaron nuevos límites y demostraron compromiso en cada jornada de entrenamiento. El ciclismo adaptado volvió a dejar una huella de adrenalina y emociones.
Iniciativas como la del Club de Leones representan una oportunidad clave para fomentar la inclusión, permitiendo que más personas con discapacidad accedan al deporte y disfruten de sus beneficios físicos, emocionales y sociales. Esta apertura también favorece a las familias y entornos cercanos de los deportistas.
La práctica conjunta entre personas con y sin discapacidad fortalece vínculos, derriba barreras y promueve la igualdad en un ámbito donde la superación personal es protagonista. En este contexto, el ciclismo se consolida como una herramienta de libertad, independencia y camaradería.
La jornada dejó momentos memorables: el aliento de los corredores de elite, el entusiasmo de los banderilleros y el reconocimiento del público, que animó por nombre a cada atleta, reflejando un espíritu de comunidad que trasciende la competencia.
Darío, Agustín y Edgardo, atletas de EMDAB, junto a los profesores Gastón y Marisol, formaron parte de esta inolvidable experiencia. En palabras de Omar Arreguito, coordinador de la Escuela Municipal de Deporte Adaptado: “Simplemente gracias por la oportunidad”.