Según testigos, Moreno ingresó al local acompañado de un pequeño grupo de personas, pero su presencia no pasó desapercibida: al ser reconocido, varios comensales comenzaron a increparlo públicamente, en una clara señal de hartazgo por su rol en una de las gestiones más oscuras del kirchnerismo. Los comentarios críticos se transformaron en insultos directos, y el clima se tensó al punto de que el exfuncionario tuvo que retirarse anticipadamente entre abucheos.
Se oyeron frases como: "Ladrón, toda la Argentina se robaron", y "Por culpa de estos el país está así", expresiones que reflejan el malestar profundo de una sociedad que empieza a señalar con nombre y apellido a los responsables del saqueo institucional, la manipulación económica y la impunidad de los años kirchneristas.
El episodio se viralizó rápidamente en redes sociales, donde, aunque hubo opiniones divididas, predominó el apoyo al escrache como forma de reclamo ciudadano frente a la impunidad.