Con el motivo de homenajear a San Martín, obispo de Tours y patrón de todos aquellos a quien su pareja ha engañado en algún momento de sus vidas, todos los años los 200 habitantes de la localidad italiana se preparan para una gran fiesta. Según dicta la tradición, el evento debe realizarse el fin de semana más cercano al 11/11.
A pocos kilómetros de la costa Adriática y más al noreste del país, en Santarcangelo di Romagna es costumbre colgar cuernos gigantes bajo el arco de la Piazza Ganganelli para la Fiera di San Martino. Entre puestos gastronómicos los cuernos se adornan con cordones de colores, una vez utilizados para decorar bueyes. La tradición sugiere que las personas traicionadas se paseen por debajo de él.
Alrededor de esta fecha, generalmente se celebraban en Italia varias ferias de ganado. De ahí la conexión con los cuernos de los animales. Las tres hipótesis en juego.
Se dice que en la época del Imperio Romano, cuando los guerreros se ausentaban por largos períodos, a su regreso recibían un par de largos cuernos llenos de monedas como regalo. Muchos de estos hombres volvían a sus hogares, y se encontraban con que sus esposas habían experimentado nuevos amores. Por ello les quedó el mote de “cornudos”.
La segunda teoría dice que los rituales paganos del Año Nuevo celta previeron festividades desenfrenadas. Los celtas celebraban tradicionalmente el fin de año en noviembre con una larguísima fiesta salvaje de doce días de duración durante la que eran frecuentes las infidelidades.
A menudo, la celebración está a cargo de alguna persona elegida del pueblo al que llaman el “cornudo del año”, que, simbólicamente, lleva los enormes cuernos que simbolizan la infidelidad. A su alrededor suena música medieval y al mismo tiempo varios “cuentacuentos” relatan historias sobre hombres engañados amorosamente.
San Martín nació en Sabaria, en la actual Hungría, alrededor de 316. Se convirtió en obispo de Tours, ejerciendo su ministerio en la Galia del último Imperio Romano. Murió el 8 de noviembre, pero fue enterrado 3 días después, exactamente el 11 de noviembre, la fecha en que el calendario lo recuerda.